18 meses
Aproximadamente dieciocho meses durará la gestión del próximo gobierno y de la siguiente Asamblea Nacional. Casi nada en tiempo real, pero mucho para el ámbito político. En esos meses se puede hacer mucho o, como ha sucedido en estos casi dos años de gobierno, casi nada. Pero con un verdadero liderazgo y con mucha decisión y trabajo se puede levantar al país en dos de sus grandes desafíos actuales: el de la inseguridad y el de la economía caída. Y, a la par, todas aquellas carencia actuales que el poder Ejecutivo no ha resuelto: obra pública, servicios ciudadanos, inversiones nuevas, educación de calidad y salud de primer orden.
Dieciocho meses. Más o menos quinientos cuarenta días. Si cada día se inicia con un objetivo, con metas claras y con un férreo control de lo que se hace se lograrán grandes cosas. Sin planes ni objetivos seguiremos en la nada, como hemos estado estos dos años. ¿Alguien escuchó alguna vez un plan con metas en materia de seguridad por parte del gobierno? ¿Algún tipo de objetivo nacional a solucionar y lograr? Evidentemente no. Todo ha sido ofrecimientos sobre desembolsos económicos que nunca llegaron a la Policía o a las Fuerzas Armadas. Por el contrario, países más serios con presidentes que se toman en serio su tarea, como el de Bukele, se plantearon objetivos como reducir a cero el número de homicidios por año. Y lo acaban de lograr hace poco. Metas tan claras y precisas como esa: reducción a cero muertes violentas. ¿Resultado? No solo el cumplimiento de la propuesta sino el consiguiente resurgimiento de la economía y la inversión. Hoy los ciudadanos salen al espacio público (antes vedado por las mafias) en altas horas de la noche, a tomarse algo o a comer una empanada en plazas públicas. Tal como sucede en países desarrollados.
Por eso, con buenas elecciones, sí es mucho lo que se puede lograr en poco tiempo. Y, por supuesto, cualquier gestión presidencial altamente exitosa encontrará, sin duda, el respaldo popular para optar por continuar con esa labor en una nueva elección. Solo se trata de personas correctas con conocimiento, experiencia, decisión y firmeza. Y sin miedo. El país no necesita más políticos miedosos y timoratos. (O)