Apagones de despedida

Columnistas, Opinión

Como si fuera ya el cierre de una telenovela de bajo presupuesto, mala y aburrida, se despide el gobierno (el peor de toda la historia desde el regreso a la democracia, según varios) con apagones y cortes de luz programados. Sí, hemos regresado al pasado y de mala manera. Es cierto que la naturaleza tiene que ver con el estiaje y que eso no lo cambiamos ni usted ni yo. ¡Pero es que se lo sabía desde hace más de un año y no se hizo nada! Para eso están los humanos; para sobreponerse a las adversidades de la naturaleza. Para eso están los ciudadanos que deciden entrar a la Administración Pública a ayudar a los demás y a cambiar para bien lo malo que se pudo hacer antes.

Se sabía que esto iba a pasar hace bastante tiempo y nadie fue capaz de comprar las maquinitas que se requerían para prevenir este desastre anímico. Porque sin luz los negocios se paran y no pueden producir. Las carnes y los congelados de la refrigeradora se pudren en nuestras casas y hasta el internet se va.

¿Sabe cuál es el origen de todo esto? El choreo y la falta de capacidad. Si no hubieran destinado las empresas públicas al grupete de amigos que entraron a arranchar todo lo que podían del suculento pastel estoy seguro que esto no pasaba. Y a un gajo de amigos que, además, no sabían nada más que hacer eso. Porque hasta ladrones más avispados existen en la historia. Hasta más decentes que, por lo menos, hubieran considerado que es un crimen adicional dejar a la gente sin luz. Al menos la Fiscalía ya despertó de su letargo y formulará cargos contra algunos jefes de la trama, ya cuando se van.

Y todavía me resulta insólito que existan partidarios, amigos y familiares que no entiendan por qué se debía combatir todo lo malo de este gobierno, de frente y sin miedo como lo hicimos algunos. Especialmente la corrupción en las empresas públicas que dio paso al Juicio Político al Presidente de la República. Justamente, por todo esto. Porque mientras los ecuatorianos se quedan sin luz ese grupete de amigos viaja por última vez para condecorarse, dispone la compra a última hora de alfombras rojas nuevas para todos los ministerios, deja sin capacidad financiera al nuevo gobierno y a la instalación y funcionamiento de la nueva Asamblea. Por todo eso. Pero costará mucho tiempo, quizás años, que el grupo de fanáticos “antis” que odian a un veterano en retirada que se encuentra a miles de kilómetros de distancia, entienda esto.  (O)

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