La claridad del día
Mahatma Gandhi acostumbraba hablar con desprecio sobre «soñar con sistemas tan perfectos en los cuales nadie necesita ser bueno». Sin embargo, ¿no es precisamente ese sueño el que podemos hacer ahora realidad con nuestros maravillosos poderes de la ciencia y la tecnología? ¿Por qué exigir virtudes que el hombre nunca podría adquirir, cuando todo lo que necesita es racionalidad científica y competencia técnica?
En lugar de escuchar a Gandhi pareciera que estuviésemos más inclinados a escuchar a uno de los más influyentes economistas del siglo pasado, muy presente en el siglo actual, el célebre John Keynes.
En 1930, durante la depresión económica mundial, Keynes se sintió impulsado a teorizar sobre las «posibilidades económicas de nuestros nietos» y concluyó que no estaría muy lejos el día en que todo el mundo sería «rico». Keynes afirmó, «nosotros valoraremos otra vez los fines más que los medios y preferiremos lo bueno a lo útil».
Pero cuidado, continuó, «la hora para todo esto no ha llegado todavía. Por lo menos durante otros 100 años debemos simular ante nosotros mismos y ante cada uno que lo bello es sucio y lo sucio es bello, porque lo sucio es útil lo bello no lo es. La avaricia la usura y la precaución deben ser nuestros dioses por más tiempo todavía. Porque solo esos conceptos pueden guiarnos fuera del túnel de la necesidad económica a la claridad del día».
Eso fue escrito el siglo pasado y desde entonces los acontecimientos se han acelerado considerablemente. Puede ser que ya no tengamos que esperar otro siglo hasta que se obtenga la prosperidad universal. En todo caso, el mensaje keynesiano es suficientemente claro: Las consideraciones éticas no son meramente irrelevantes, son en realidad un impedimento, “porque lo sucio es útil y lo bello no lo es”. La hora de la belleza aún no ha llegado. El camino hacia el cielo está pavimentado con malas intenciones.
A pesar que Keynes murió en 1946, líderes de la economía y funcionarios de gobiernos actuales concuerdan con el pensamiento de Keynes. Sus tesis son aplicadas, en variados grados en diferentes países del mundo… ¿En Ecuador también? (O)