En realidad se dan los descuentos?
Estuve en mi primer trabajo (en la ciudad de Quito) apenas egresaba de la Facultad de Economía y recuerdo que llegó una señora vendedora a la oficina (era tía de una compañera) y ofertaba variedad de ropa, entre ellas me indicó un jean a 30.000 sucres (moneda de aquel entonces), me dijo que ese instante me entregaba y que le pagara en tres cómodas cuotas de 10.000 sucres cada una.
Una regla que tengo siempre en mente y que trato de perfeccionarla es, adquirir productos consultando el precio en algunos sitios y no comprar por la “efervescencia” del momento, es así que al llegar a Ambato me di cuenta que el pantalón tenía un precio de 15.000 sucres, pero en compras al por mayor había descuentos, es decir la vendedora iba a obtener una utilidad del 100% en la venta de ese producto en tres meses.
Al regresar el lunes y conversar del tema con mis compañeros, les indicaba que revisaran la ropa que compraban y se fijaran en el precio en el mercado, a lo cual hubieron algunos puntos de vista; “es que no tenemos tiempo para ir a comparar el precio en otros almacenes”, “nunca nos imaginamos que fuera tanta la ganancia de la vendedora”, “no te fijes en esos detalles, si quieres compras sino no”.
Con este antecedente deseo manifestar que todo empresario ubica el precio de un producto basado en sus costos, administrativos, financieros, materia prima, insumos, mano de obra, servicios básicos y lógico una utilidad. Entonces a que rubro se debe aplicar los descuentos? En realidad estas disminuciones se dan por cambio de temporada, porque el producto está por caducar, por que pasó la moda, por sobre oferta del mercado o por iliquidez de la empresa.
En estas fechas, donde aparecen “grandes promociones” de toda naturaleza en diferentes productos, es necesario no dejarse llevar por sentimentalismos en compras, más bien debemos ver si realmente es necesario en nuestras vidas, analizar el efecto financiero que causa su pago, comparar precios y calidad y lo más importante, saber que existe en nuestras vidas costos fijos que siempre tenemos que pagar como el arriendo, servicios básicos, alimentación, educación, salud, etc. (O)