Presentación de la obra Ambato, evolución política- administrativa

Columnistas, Opinión

Las obras de Pedro Reino, nos permiten conocer la verdad que ha permanecido oculta en nuestra historia. Se manifiesta con imágenes muy duras, pero, muestran la realidad lacerante que vivieron los pueblos aborígenes con la invasión de los españoles. Viene a establecer una confirmación de los desaciertos emitidos por los historiadores que practicaron el culto a la sinrazón y a la argucia. Como manifiesta Michel Foucault. “Si la genealogía plantea por su parte la cuestión del suelo que nos ha visto nacer, de la lengua que hablamos o de las leyes que nos gobiernan, es para resaltar los sistemas heterogéneos, que, bajo la máscara de nuestro yo, nos prohíben toda identidad”.

En su libro “Ambato, Evolución Político-Administrativa, Pedro Reino nos da la oportunidad de conocer la realidad sobre nuestra ciudad y provincia. Realiza un análisis severo, documentado pues no ha querido despojarse de su espíritu crítico y sustenta la verdad respaldada en la investigación como Cronista Oficial de San Juan de Ambato, (ad-honorem).


Pedro Reino
 dirige una mirada retrospectiva a la fundación de nuestra ciudad, señala que la población de Jambato, Hambato con h, Ambato, fueron sometidos al incario como “tambo” o punto de hospedaje. Su fundación hispana anulando la estructura aborigen, está entre Benalcázar, que funda Ambato en 1533, Gonzalo Pizarro en 1539, Almagro 1538, y Antonio de Clavijo como ejecutor de resoluciones superiores en 1570, es decir 32 años después. Debido, sobre todo, a las ambiciones de los conquistadores que esperaban prebendas de España.  

Los indígenas, abrían la mirada, hacia las inmediaciones del miedo, a las torturas, a la muerte, abrían la mirada a las nuevas divinidades, a esos muros distorsionados por las tinieblas, por las mentiras coreadas innovando la realidad. Sus espíritus abatidos cedían el aliento a las borrascas gigantes de los nuevos amos, capaces de desencajar la vida.

Los testimonios dejados en las crónicas, describen el salvajismo, el terror, la crueldad y la violencia extrema con que actuaron para someter a las poblaciones. Estas reducciones provocaron cambios del mundo aborigen, se interrumpió para siempre el surgimiento de pueblos y nacionalidades, con el fin de utilizar a los indígenas en la explotación esclavizante. Destaca las falsedades, la barbarie que se impuso con el fin de instaurar la vida colonial.

El escritor, nos señala que los indígenas sufrieron también los desplazamientos, desarraigos masivos en el tiempo de los Incas.. En estos desarraigos, de los Incas y los españoles, se utilizó el terror, la violencia extrema para someter a los nativos que no se mostraban sumisos. Les arrancaron la memoria, la cultura, las vivencias que de generación en generación la transmitían. Les movilizaron como esclavos para ser reubicados en mitas, obrajes, batanes, minas de sus nuevos señores. Vaciaron sus almas, implantaron en su corazón, nuevas ideas religiosas, la magia y la divinidad. Como señala “Michel Foucault. “Cuando la confesión no es espontánea ni impuesta por algún imperativo interior, se la arranca; se la descubre en el alma o se la arranca al cuerpo”. (O)

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