Árboles de figuras adornan Ambato
En la avenida Manuelita Sáenz, a la altura de la calle Agramonte se puede observar un árbol frondoso en el parterre del medio que tiene la forma de un animal, presumiblemente elefante.
Para muchos quienes obligadamente disminuyen la velocidad debido al radar que se encuentra unos metros antes de llegar a esta obra de arte plasmada en un árbol, se detienen momentáneamente para discutir a qué animal se parece.
Patricio O, pensó que era un toro; mientras que otros transeúntes manifestaban que parece un elefante. Sin embargo esta hermosa obra llama la atención de quien transita a carro o a pie.
Vecinos del barrio informaron que es un trabajador municipal que todos los días brinda mantenimiento en este parterre y sus plantas, quien dio forma a este árbol volviéndolo más atractivo.
El arte de la topiaria es una práctica de jardinería que consiste en dar formas artísticas a las plantas mediante el recorte con tijeras de podar.
El término también se refiere a plantas que han sido formadas de esta manera. Como forma de arte, es un tipo de escultura viviente. La palabra deriva de la palabra latina para un jardinero paisajista ornamental, topiarius, un creador de topia o «lugares», una palabra griega que los romanos también aplicaban a paisajes interiores ficticios ejecutados en fresco.
Las plantas utilizadas en el topiario son perennes, en su mayoría leñosas, tienen hojas pequeñas, producen un follaje denso y tienen hábitos de crecimiento compactos o columnares.
Algunas veces se emplean armazones de alambre con la forma del topiario moderno para guiar a las tijeras a no instruidas, pero la topiaria tradicional depende de la paciencia y una mano firme profesional especializada.
La hiedra de hojas pequeñas se puede usar para cubrir un modelo y dar la apariencia de topiaria en unos pocos meses. El seto es una forma simple de topiaria utilizado para crear límites, paredes o pantallas.
Su origen se encuentra en la jardinería de los romanos y va a continuar durante el Renacimiento italiano, llegando a alcanzar su punto culminante con André Le Nôtre, diseñador de los jardines de Versalles en 1662, que va a dar a las plantas (principalmente al boj) formas cónicas y piramidales. (I)