Para un fanático nada será suficiente
No es que con el caso Metástasis, ahora sí se han develado los vínculos del narcotráfico con determinados grupos políticos. No es que ahora sí existen pruebas contundentes de narcopolítica en el Ecuador. No es que ahora sí han salido a la luz los nexos de grupos narcoterroristas con jueces, fiscales, policías, abogados, políticos y funcionarios públicos. No, de ninguna manera, siempre los hubo, siempre lo supimos, siempre fue evidente. De hecho, la primera prueba certera e inequívoca del nacimiento del narcoestado en que nos hemos convertido se produjo a inicios del gobierno de Rafael Correa cuando la guerrilla colombiana de las FARC de labios del líder guerrillero “Mono Jojoy” anunció fuerte y claro en un video la “ayuda en dólares a la campaña de Correa”.
Ese solo hecho ya lo dice todo. ¿Qué más había que esperar? Y sin embargo, de allí en adelante, hasta el día de hoy, solo ha sido un largo e interminable desfile de clarísimos y contundentes episodios que consolidan esos estrechos vínculos.
El valiosísimo y encomiable trabajo que arroja Metástasis con la fiscal Diana Salazar a la cabeza es clave porque permite una constatación legal con nuevas pruebas (como las más de catorce mil hojas de chats, por ejemplo) que confirman lo que siempre supimos.
No obstante, mientras que para millones de ecuatorianos siempre fue evidente que ciertos grupos políticos muy bien identificados coquetean con el narcotráfico, a otros les resulta incómodo admitirlo. Por eso, si después de dieciséis años de una lluvia interminable de hechos y casos que apuntan una y otra vez a desnudar esa incestuosa relación (política – narcotráfico) y así, aún hay gente que sigue repitiendo el discurso de persecución, créame que ahora con Metástasis no va a ser muy diferente, porque al igual que ocurre en una elección donde la gente vota por personas, no por ideologías, de la misma forma ahora defienden a personas y no al sentido común. Por lo tanto, si ese apoyo ciego e irracional hacia un grupo de delincuentes no ha variado durante todo ese tiempo, menos lo va a hacer hoy con la confirmación de la compra de un juez por parte de un narco en doscientos cincuenta mil dólares para que Jorge Glas salga de la cárcel. Y es que para ciertos fanáticos nada será suficiente.
Y si me preguntan si hay un antes y un después a partir del caso Metástasis, yo diría que a pesar de ser el más honesto y revelador informe técnico acusatorio en contra de los más altos capos de la mafia en la historia del país, pienso que no, precisamente por lo que acabo de mencionar: para un fanático nada será suficiente; y es que mientras siga primando la complicidad del ecuatoriano común hacia los delitos políticos, nada cambiará. (O)