Los KY ecuatorianos
Las diferencias culturales entre países y regiones muchas veces son bastante marcadas. Los latinos, por ejemplo, somos conocidos en el mundo como personas abiertas y extrovertidas a diferencia de los europeos, sobre todo alemanes e italianos, quienes figuran como fríos y secos. Etiquetamos a los asiáticos y particularmente a los japoneses como disciplinados y formales, no así los rusos a quienes se los percibe como descuidados y poco comprometidos. Los norteamericanos son pragmáticos y directos, los franceses en cambio prefieren adornar el discurso (el idioma se presta, ciertamente). Y sin ir muy lejos, los dialectos, dichos y costumbres de nosotros los ecuatorianos varían notablemente de la costa a la sierra e incluso de una provincia a otra.
Un caso particularmente interesante es el de los japoneses a quienes les enseñan desde niños a hablar y escuchar ‘entre líneas’ cuando otros hablan. Comunicar mensajes sin decirlos de forma directa está tan arraigado en su cultura que si un desubicado no lo capta lo llaman “KY” (siglas de kuuki yomenai) que significa “que no sabe leer el aire” o sea que no es capaz de leer entre líneas. Cuando, por ejemplo, en una reunión una persona comunica implícitamente (sin decirlo a viva voz) un desacuerdo o incomodidad, todos son capaces de leer el aire y darse cuenta de esa incomodidad no expresada verbalmente. Si alguno de los presentes no captó el mensaje, se dice que es un KY.
Rafael Correa y la Revolución Ciudadana siempre, desde el primer momento, infestaron el aire de corrupción, el solo hecho de pertenecer al Socialismo del Siglo XXI ya tornó el ambiente con un olor fétido. A partir de su posesión en el 2007 no hubo un solo día (hasta hoy) en el que el aire no se sienta contaminado de la toxicidad que emanan los hediondos gases de la inmoralidad, el abuso y la picardía. Fueron -y siguen siendo- suficientes señales que permitieron que millones de ecuatorianos ‘leamos entre líneas’ el nauseabundo mensaje de corrupción que lo escribieron con letras de molde en los cielos de la patria. Y es que, aunque las palabras callaron, las acciones gritaron.
Las conversaciones de WhatsApp entre Jordán y Norero que acaba de develar la Fiscalía en el caso Metástasis mencionan a RC (Rafael Correa) en varias ocasiones, confirmando lo que siempre se supo, que es el prófugo desde Bélgica quien maneja los hilos de la narcopolítica en el país.
Dadas estas incontrovertibles pruebas, segura y finalmente unos cuantos sensatos tardíos le retirarán el apoyo político en las urnas al expresidente, sin embargo, y por increíble que parezca, habrá gente que todavía no quiera ‘leer el aire’, a estos los llamaremos los KY ecuatorianos y que, lamento decirlo, seguirán siendo tantos como para mal suponer la muerte política de Rafael Correa. (O)