En eso nadie le gana
La aparición de una figura nueva en la primera vuelta presidencial posicionó a Daniel Noboa como una alternativa a los discursos confrontativos; surgió como un político hábil, de posiciones moderadas y pragmáticas, características que busca mantener. Además, cada día se apuntala como un personaje de pocas palabras y respuestas creativas a sus detractores.
En lo que va del mandato, ha colocado en el pleno de la Asamblea Nacional cuatro proyectos de ley urgentes relacionados con tributos y zonas francas; eficiencia energética; incremento del IVA y extinción de dominio de bienes procedentes de actividades ilícitas. Los dos primeros están aprobados, el tercero pasará al registro oficial por cualquier vía. El último está en trámite, con serías probabilidades de convertirse en ley.
La relación del Ejecutivo con una Asamblea fragmentada, polarizada, desprestigiada y comúnmente alejada de las necesidades de la mayoría de ecuatorianos, actualmente no podría ser mejor. Los logros políticos de Noboa empiezan a ser notorios. No digo positivos. Eso podrá calificarse con el pasar del tiempo.
Si el triunfo de Noboa, fue un evento difícil de entender y explicar, su gestión administrativa, política, económica, social,… era un enigma. De entrada, se vaticinó alta probabilidad de tensión entre los poderes Ejecutivo y Legislativo y una capacidad baja de llegar a consensos. Para no pocos líderes de opinión, Noboa era un Guillermo Lasso en potencia.
La experiencia en el manejo de escenarios complejos es fundamental para un primer mandatario. La ecuación tradicional dice que el conocimiento político es proporcional a la conducción exitosa de tensiones. Pero, de experiencia adolece el presidente y la mayor parte de sus colaboradores cercanos. Entonces, el futuro inmediato del país no era alentador al final el 2023 e inicio del 2024.
El día de hoy, la situación nacional no ha mejorado. Al contrario, adquirió categoría de tragedia con los atentados que empujaron a decretar la guerra interna contra 22 organizaciones terroristas. Sin embargo, la respuesta vertiginosa del presidente a varias situaciones, confirma que no es ajeno a la realidad, como tampoco desconoce que tiene apenas año y medio para enderezar mínimamente algunos problemas si quiere ser nuevamente electo. El equipo de campaña del gobierno entiende que la mejor forma de ser candidato es creando leyes; luchando contra terroristas; siendo creativo, espontáneo, «nais, jamson, incredibol»,… y en eso, como diría su padre Albaro Noboa, al parecer, nadie le gana. (O)