¿La Ley de Emprendimiento, realmente funciona?
Buscar empleo resulta una tarea dificultosa, sobre todo si no se ostenta una Maestría o si se tiene más de 40 años, ciertamente esta experiencia es frustrante para miles de ecuatorianos que no pueden acceder al mercado laboral en un país en donde la oferta laboral también es limitada.
La necesidad de obtener ingresos promueve a este grupo de desempleados a diseñar y poner en funcionamiento un emprendimiento junto al consabido riesgo de fracasar en el negocio.
La Ley de Emprendimiento, que entró en vigencia en febrero del 2020, cuyos principales ejes fueron:
La Implementación de las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS), una nueva figura legal para negocios, que simplifica el proceso de empezar un negocio formal. A través de esta figura, se pueden constituir sociedades unipersonales sin capital mínimo.
La Creación del Registro Nacional de Emprendedores (RNE) que pretende focalizar políticas dirigidas a promover el crecimiento de los nuevos negocios.
La Creación de fuentes alternativas de financiamientos, que incluyen, capital semilla, capital de riesgo, e inversión ángel; y Contratos laborales más flexibles
A pesar de los mencionados ejes que contiene esta ley, aún se evidencian debilidades que continúan identificándose como las políticas gubernamentales relacionadas a impuestos y burocracia, el apoyo financiero, y la transferencia de investigación y desarrollo.
Esta realidad implica también que no todos los emprendimientos logren mantenerse en el tiempo, quizá por problemas de financiamiento, poca innovación, no se entiende el mercado y escaza o ninguna rentabilidad.
A mi entender es imperativo establecer una cultura de emprendimiento en el país, para que las personas emprendan por oportunidad y no únicamente por necesidad; esta cultura debe ser inculcada desde el colegio y propugnada en la universidad con conocimientos técnicos ciertamente pero con incentivos reales como el apoyo y la inclusión financiera y el soporte necesario para que los emprendedores puedan acceder a mercados locales, nacionales y/o internacionales.
No obstante de lo anotado, los emprendedores también deben entender que para garantizar la permanencia del negocio en el tiempo es necesario establecer acuerdos de colaboración con socios estratégicos para motivar economías de escala, compartir costos fijos y gastos corrientes. Plantear propuestas de valor que le permitan ser diferentes de la competencia y que el cliente esté dispuesto a pagar por ello; esto significa enfocarse en el mercado y no únicamente en el producto; es decir aprender a segmentar el mercado y no obsesionarse por vender a todo el mundo… Imperativo conocer el mercado. (O)