Mujer, amor y comprensión
En un largo trajinar de 37 años en la búsqueda de ayudar a mis semejantes, puedo, fácilmente, definir un solapado maltrato a nuestras parejas. Es mi gruesa estadística personal, de las mujeres atendidas que sobrepasan los 20 años de vida conyugal, serán más del 75% las que reflejan una desazón al preguntarles sobre su vida de pareja con frases como: “No me valora, no me respeta” “Todo le parece mal” “Me hace sentir como que soy inútil” “Como que le da pereza besarme” “Siempre está mal genio”, “Me toma muy rápidamente, busca el control remoto, se hace el pendejo y se duerme”, entre otras.
Uno de los indicadores más significativamente denigrantes que se atribuye a las mujeres en publicidad es hacerla inferior despersonalizándola y reduciéndola a un mero cuerpo dividido en piezas intercambiables, de una belleza inalcanzable e insatisfecha, identificándola explícitamente con un mero objeto deseable y como artefacto de uso.
Algún autor al referirse a la mujer nos cuenta: “Los fundamentalistas musulmanes les mutilan el sexo y les tapan la cara. Los judíos muy ortodoxos empiezan el día agradeciendo: ¡Gracias Señor por no haberme hecho mujer! Para elogiar a un prócer se dice: Detrás de todo gran hombre hubo una mujer, reduciendo a la mujer a la triste condición de respaldo de silla. Y si salimos de la Costilla del hombre, no salimos de sus pies para ser pisoteadas, ni de la cabeza para ser superiores, sino del lado para ser iguales, debajo del brazo para ser protegidas y al lado del corazón para ser Amadas”.
Parece ser que ni mujeres ni hombres sabemos lo que está pasando al interior de cada uno, pero ¿Cuál es la raíz del problema? ¿A qué se debe esa insatisfacción machista del hombre que hace que pese a que tengamos una esposa con el cuerpo de miss universo y la inteligencia de Albert Einstein nuestro instinto tienda a buscar otro cuerpo? Desde tiempos ancestrales, en las diferentes religiones, desde las dinastías chinas, los zares rusos, los faraones egipcios, los reyes romanos, el hombre históricamente propendía a tener muchas mujeres.
Hay mujeres que tienen que batallar día a día para sacar adelante sus familias con recursos limitados. Que trabajan de sol a sol mientras algunos hombres permanecen muy pasivos. Hay abandonadas por sus maridos que luchan por sacar adelante a sus hijos. Muchas mujeres no pueden aportar a la sociedad todo aquello de lo que son capaces porque no se las permite o se las pone de condición «pasar por las manos» de los jefes. Mujer…debes decir: ¡Me siento orgullosa de ser Mujer! y no te confundas entrando a un equívoco proceso de masculinización como reproche ante tanto maltrato machista, pretendiendo beber igual que el hombre, degradarse saliendo y teniendo aventuras amorosas como venganza revanchista y despecho. No busques superioridad, busca igualdad de derechos, busquemos juntos un mundo mejor. Mujer, este viernes celebra tu día con orgullo porque eres la combinación perfecta entre el amor y la comprensión. Porque eres fuerte, luchadora y emprendedora. (O)