Los puentes nunca deben caer
No existe mayor abismo entre países que el que separa a Estados Unidos y Irán. Desde que el Sha Mohammad Reza Pahlevi fue sustituido por los Ayatolas, en 1979, Estados Unidos ha estado al otro extremo de Irán. Inclusive, los dos países han tenido enfrentamientos armados, en terceros países, y económicos, directos e indirectos. El apoyo de Irán a los grupos islamistas radicales ha sido uno de los principales motivos del conflicto. El reciente ataque con misiles a Israel fue considerado por Estados Unidos como un ataque a sí mismo.
Estados Unidos ha logrado que algunos países árabes no se alineen con Irán. Los Emiratos Arabes y otros más han optado por mantener cercanía con Estados Unidos, inclusive, en el reciente conflicto entre Israel y Hamás, auspiciado por Irán.
Lo interesante es que, en ese entorno de conflicto, los dos países no han dinamitado los puentes diplomáticos. Suiza actúa como representante diplomático de Estados en Irán. Los diplomáticos suizos conversan con funcionarios iraníes y trasladan los mensajes al gobierno de Estados Unidos. Por su parte, Pakistán actúa como representante de Irán en territorio de Estados Unidos. Están enfrentados pero no dejan de conversar por intermedio de terceros.
Ecuador y México no están separados por un abismo parecido al que divide a Estados Unidos e Irán. Es la soberbia ideológica de López Obrador le ha llevado a empecinarse en no llegar a un acuerdo amigable con el gobierno del Presidente Noboa. Hasta ahora no siquiera ha recibido el apoyo formal del Congreso mexicano a su decisión de romper relaciones con Ecuador. No serán necesarios terceros países para que fluya el diálogo.
Los puentes, especialmente los diplomáticos, siempre deben estar cuidadosamente sostenidos. (O)