Plato arraigado con herencia gastronómica
El caldo de pata de res es un platillo emblemático de la gastronomía ecuatoriana, especialmente popular en la región de la Sierra. Esta sopa sustanciosa y reconfortante no solo deleita el paladar, sino que también encierra un profundo significado cultural que entreteje tradiciones ancestrales y sabores mestizos.
Las raíces del caldo de pata se remontan a la época precolombina, cuando las comunidades indígenas aprovechaban al máximo todos los recursos disponibles, incluyendo las patas de res, según la historia. Esta práctica culinaria se vio enriquecida con la llegada de los españoles, quienes introdujeron nuevos ingredientes como la leche, el cilantro y el comino, dando lugar a la versión actual del plato.
“Más allá de su valor nutritivo, el caldo de pata representa un símbolo de unión familiar y comunitaria. Su preparación suele ser un evento social donde se reúnen familiares y amigos para compartir historias, risas y, por supuesto, un plato humeante de esta sopa reconfortante”, dice Isabela Arcos, una mujer de 70 años de edad.
El caldo de pata no solo es un platillo delicioso, sino también un valioso legado cultural que se transmite de generación en generación. Su preparación involucra técnicas tradicionales y conocimientos ancestrales que forman parte de la identidad ecuatoriana.
La preparación del caldo de pata de res es un proceso laborioso que requiere paciencia y dedicación. Las patas de res se cuecen durante horas en una olla grande con agua y especias, permitiendo que los sabores se mezclen y se intensifiquen lentamente. (I)