El “secreto” Oriental
Pensándolo bien, cada cultura “fabrica” una medicina coherente consigo misma. Nuestra tendencia cultural es mecanicista, por tanto, un ser humano será considerado como un sofisticado mecano programado por su dote genético e integrado por piezas. Quien practica la medicina debe ponerse en un plano imparcial y analítico, un sitio donde la ciencia no sea “rehén” de un insaciable consumismo mercantilista. Es urgente buscar un equilibrio y no un divorcio de las estrategias médicas disponibles en el amplio universo de las ciencias tanto Oriental como Occidental apuntando a un proyecto más humanista y menos comercial.
El “secreto” Oriental y en particular de la Acupuntura y del manejo energético (electromagnético) a través de ella, permite ejercer una clínica integrada que torna comprensibles los síntomas valorando tanto el estado biológico, psicológico y emocional de las personas. Ésta ha desarrollado una gran capacidad para “leer” las correlaciones que existen entre órganos, tejidos y emociones. Saber, por ejemplo, que el pulmón y el intestino grueso se relacionan con la sequedad, la tristeza, la piel, el otoño, el olfato y el sabor picante. O que el riñón y la vejiga no pueden separarse de los huesos, el frío, el miedo, el invierno, la audición y lo salado. Que el hígado y la función biliar guardan estrecha relación con la primavera, el viento, la visión, la ira, los músculos y lo ácido. Y esto ya es maravilloso porque permite “entender” un asma o un colon irritable. Qué puede decirse de la increíble capacidad terapéutica de la acupuntura tradicional con sus más de mil puntos ubicados en la piel y sobre los cuales puede influirse con agujas, presión, calor, electricidad, infrarrojo, laser o ultrasonido. ¡La “verdad” de la acupuntura siguen siendo sus puntos y su eficacia! Y ellos están ahí, con sensibilidad variable, esperando el estímulo profesional y adecuadamente experimentado para volverse elocuentemente poderosos equilibradores y restauradores de nuestras funciones biológicas y energéticas.
El desarrollo de la Acupuntura moderna es una bendición para quienes ejercemos esta medicina por convicción y necesaria certeza. Un adelanto importantísimo fue la posibilidad de comenzar a medir los puntos con aparatos electrónicos. Cada punto tiene determinada carga eléctrica que puede obtenerse con equipos apropiados. Lo interesante es que la carga varía lo suficiente como para poder diagnosticar en los dos aspectos determinantes de la medicina energética: la cantidad de energía y su distribución (equilibrio o desequilibrio). Lo característico de los puntos es que poseen una resistencia eléctrica más baja que en los sitios de la piel donde no hay puntos, razón por la cual se dice de ellos que son “electro-permeables”. Se miden de acuerdo a los parámetros del sistema Ryodoraku de Japón. Existen investigaciones en diagnóstico biofotónico en puntos de ACUPUNTURA que han revelado modelos comunes patológicos que pueden ser detectados como secuencias de puntos de acupuntura en diferentes canales cuya emisión biofotónica se afecta por los factores que provocan las distintas enfermedades. (O)