Victimización

Columnistas, Opinión

A días de la masacre del 7 de octubre del 2023 en Medio Oriente, condené en este mismo espacio la cruel irrupción de grupos armados islamitas a varios sectores de Israel que terminó con el asesinato de mil doscientas personas, la mayoría civiles (hombres, mujeres y niños de todas las edades) de las formas más viles y desalmadas posibles, muchas otras fueron violadas y abusadas de modos inimaginables, y varias más hasta el día de hoy se encuentran secuestradas.

No obstante, lo ocurrido ese día no fue un hecho aislado, esa ha sido la forma de actuar de grupos terroristas como Hamas que, movidos por las causas que sean, asaltan despiadada y cobardemente a una indefensa población civil.

Vamos a suponer, sin embargo, que no es así y que los ataques palestinos siempre han sido respetuosos y ceñidos a la norma internacional de derechos a la población civil en conflicto, y que solo ese 7 de octubre “se sobrepasaron”. Bueno, dadas las evidencias de la brutalidad horrorosa con la que actuaron “solo en esa ocasión”, es razón más que suficiente para que el mundo entero, sin excepción de ni siquiera una sola persona, aborrezca y condene con repudio total tan diabólica ofensiva, insisto, aunque con la ridícula suposición de haber sido por esa única vez. Acaso, ¿es mucho pedir algo tan humanamente elemental? Pues parece que sí, porque ahora mismo organismos internacionales, políticos y gente común (muchos más de los que esperaríamos, lamentablemente) siguen solidarizándose con la causa palestina y consecuentemente justificando la masacre bajo el argumento de que los palestinos son víctimas de los israelitas; pero nada, absolutamente nada, ni esa falsa afirmación, justifica en lo más mínimo la dantesca barbarie.

Alguna vez vi una caricatura muy fiel al respecto que pone en relieve la mentira detrás de esa victimización. Un muchacho ve una colmena de avispas en lo alto de un árbol. Las molesta introduciendo un palo y agitándolo adentro. Las avispas, como es lógico, reaccionan picándolo. Finalmente, se ve al chico todo hinchado y lloriqueando dar testimonio a varios medios de comunicación y a organizaciones internacionales, señalando la colmena y culpando a las avispas de su desgracia. Victimizado.

Pero hay más. Quienes apoyan a estos inhumanos terroristas culpan a Israel de genocida, lo cual no solo que es falso, sino que por el contrario, Israel claramente vela permanentemente por la seguridad de la población civil palestina. Pero igual, supongamos -para efectos del presente análisis- que efectivamente Israel es genocida, lo menos que se debería hacer es medir con la misma vara a Palestina, quienes, ellos sí, han dicho en múltiples ocasiones y a viva voz que su objetivo es exterminar a los judíos y a todos los infieles al islamismo.

¿Por qué el doble rasero? ¿Por qué la victimización cobarde? ¿Por qué la apreciación sesgada? No lo entiendo. Si es por ignorancia, la educación podría revertirla, pero si es por odio, dudo mucho que lo haga. (O)

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