Analogías entre un pescador y un vendedor
Si hay algo análogo entre un pescador y un vendedor eso es la paciencia, considerada esta no como una pasividad ante los hechos, sino como una fortaleza para esperar activamente con serenidad y optimismo hasta que el pez pique la carnada y/o el cliente acepte nuestra oferta.
La persona paciente tiende a desarrollar una sensibilidad que le va a permitir identificar los problemas, contrariedades, alegrías, triunfos y fracasos del día a día, y por medio de ella, afrontar la vida de una manera optimista, y tranquila, auto motivándose permanentemente.
El buen pescador tiene entereza, espera pacientemente hasta que el pez pique la carnada, no obstante el pescador no puede quedarse quieto y tranquilo, cambia la carnada, busca el mejor sitio, lo intenta una y otra vez; de la misma manera el buen vendedor intenta nuevas formas de llegar al Cliente, cambia o mejora la oferta las veces que sean necesario para que esta sea más atractiva.
Si un Cliente dijo que no esta vez, es probable que no le estemos ofreciendo lo que realmente necesita, intentémoslo de nuevo con optimismo, pero siendo positivos. En lo esencial los optimistas esperan que las cosas ocurran, pero no se involucran en ellas; el positivo por supuesto que espera que el futuro sea mejor pero va más allá, construye el futuro, se atreve a soñar, y además actúa. Se convierte en protagonista. El positivo hace cosas que permiten construir un futuro mejor, que permiten que sus sueños se hagan realidad.
El pescador y el vendedor deben tener coraje, estar dispuestos a correr riesgos y a enfrentar los cambios intempestivos del clima, y el infierno competitivo en el cual se desenvuelven los negocios. El buen pescador sabe muy bien cuando ir de pesca y cuando quedarse en casa. El buen vendedor sabe cuál es el momento apropiado para hacer la presentación de su oferta a la persona adecuada.
El pescador sabe cuál es la carnada precisa para cada pez, cada pez responde a un tipo distinto de carnada. Cada cliente busca que se le satisfaga una necesidad específica, ¿la conocemos?, ciertamente cada Cliente es diferente a los demás.
El buen pescador se mantiene oculto, si su presencia es demasiado manifiesta, si su sombra cae sobre el agua, los peces no se acercaran. En los negocios, algunas campañas de marketing se realizan practicando el “Marketing de Guerrilla”, donde de repente aparece nuestra oferta y causa un impacto no esperado en nuestros Clientes.
Estimados lectores, en ocasiones la prisa nos impide disfrutar del presente, disfrutar de cada instante sólo es posible con una dosis de paciencia, virtud que podemos desarrollar y que nos permitirá vivir sin prisa. La paciencia nos permite ver con claridad el origen de los problemas y la mejor manera de solucionarlos. Evidentemente que se hace necesario tener paciencia con todo el mundo, pero en primer lugar, con uno mismo. (O)