El IntiRaymi en el siglo XXI 

Columnistas, Opinión

Nuestros pueblos originarios comprendían, de generación en generación, que cuando el sol se alejaba de la pacha mama a ella le daba frio, porque tienen la sabiduría necesaria para darse cuenta que la Tierra es un planeta vivo, que todos los elementos que ella contiene están aqui a nuestro servicio para acompañarnos a crecer en nuestra evolución como humanidad. El IntiRaymi lo celebran los pueblos andinos para reconocer la importancia vital de la gratitud, lo escencial de dar las gracias cuando recibimos algo. El IntiRaymi es la fiesta del sol, que nos recuerda que cada cosecha está directamente ligada al trabajo hecho en comunidad y entregado con fuerza y fé. El IntiRaymi nace en el solsticio de verano coincidiendo con la época de la maduración de los productos sembrados, por eso se llama la fiesta de la segunda abundancia, la primera abundancia es en marzo. El IntiRaymi, ésta fiesta del sol, la celebramos con danzas, rituales ancestrales, compartires, mucha gratitud y la posibilidad de reconocer que nuestros pueblos originarios nos mostraron el camino que debemos recorrer para llegar hacia dónde venimos a ser. El IntiRaymi nos recuerda que es bueno darnos un baño sagrado en una cascada o en un río de vez en vez para purificar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espiritu. El IntiRaymi nos ayuda a reflexionar sobre la importancia de las limpias con plantas sagradas y medicinales por parte de una shamán o un shamán, mamas o taitas llenos de sabiduría, que ayudan a mejorar nuestro propio camino para lograr comprender que venimos aqui sólo a hacer el bien.

Esta fiesta ancestral llena de fuerza y energía de nuestras nacionalidades diversas, se desarrolla cada 21 de junio, nos llena de alegria y colores, disfrutamos con danzas que reflejan cada expresión de la cosmo visión andina de la que somos parte; al escuchar los pingullos y tambores; las warmis llenas de washkas compartiendo; los warmitukushkas danzando recordándonos a todos que llevamos una dualidad entre lo femenino y lo masculino que hay que representar de la mejor manera; la chakana, nuestra cruz andina que refleja la escalera hacia lo más sagrado, la unión de lo humano y lo que puede ser infinito o está más arriba; y, por último, el compartir, el compartir alimentos de la cosecha, el compartir de dar a todos por igual, porque la tierra ofrece todo en abundancia, el compartir que es escencial para recibir.

En nuestras comunidades urbanas el IntiRaymi se reconoce como una fiesta tradicional que nos recuerda lo Intercultural que es el Ecuador en todas sus expresiones y que esperamos que esa Identidad no se pierda jamás y que pueda trascender de generación en generación y para siempre.  (O)

Deja una respuesta