¿Qué estamos votando?
En la política de Ecuador han ocurrido numerosos eventos lamentables. En el antiguo Congreso Nacional se registraron disparos con armas de fuego, amenazas, insultos, golpes, objetos lanzados como proyectiles y una continua burla del pueblo ecuatoriano. Hasta el momento son célebres algunas frases vergonzosas de líderes políticos que insultaron a sus compañeros de trabajo.
El Consejo de Participación Ciudadana (CPCCS) no está al margen de estos hechos. Actualmente es un meme. La organización que debería liderar procesos transparentes de nominación de autoridades atraviesa horas bajas. Tiempo atrás, varios de sus vocales han sido destituidos, encarcelados o suspendidos. Un expresidente del consejo todavía está en prisión con una sentencia firme.
Esta semana se produjo un nuevo hecho lamentable. El CPCCS nombró a Dunia Martínez como la nueva presidente del Consejo de la Judicatura, pero al día siguiente optó por dar marcha atrás y nominar a un reemplazante. Un pedido de reconsideración permitió que esto fuera posible. En un organismo que no debe ni puede actuar de manera política, todo transcurrió entre gritos, amenazas y posturas partidistas. Finalmente, se nombró a Mario Godoy.
Casi al mismo tiempo de la reunión del CPCCS, se transmitió la semifinal de la Copa América, que también resultó en un conflicto entre uruguayos y colombianos. De principio a fin, la participación de los consejeros fue, por decir poco, desastrosa. Una de ellas cuestionó: ¿cuál es la motivación detrás del proceso de votación?, es decir, ¿por qué se lleva a cabo la votación?, en palabras exactas, dijo ¿por qué estamos votando? Aunque pueda parecer una pregunta ridícula, al final resulta sorprendente.
La pregunta de un miembro de un consejo de alta gama del país es difícil de comprender. ¿Por qué estamos votando? Los malintencionados propondrán que la funcionaria no prestó atención, estuvo distraída, no entendió o no recibió indicaciones claras. La verdad, parece que más de un consejero no tiene conocimientos elementales sobre el proceso parlamentario.
La jornada concluyó con la elección de un presidente en medio del desconcierto y la salida de una presidente de la judicatura cesada antes de asumir el cargo. La última en votar fue la vicepresidenta, quien manifestó su descontento y rogó a Dios que ampare al Ecuador. La consejera está en lo correcto. La única opción es que Dios nos ampare cuando sucesos de este tipo afectan la institucionalidad del país. (O)