Engaños y mentiras

Columnistas, Opinión

Para este espacio transcribo, el artículo tomado del libro «Una Pausa en tu Vida», de los autores Miriam y Pablo Martini; para que lo lea, reflexione y saque sus propias conclusiones. 

«La falsedad y el engaño están presentes en la mayoría de las relaciones humanas causando estragos irreparables. 

El encubrimiento, la falta de franqueza y las medias verdades son una de las tantas maneras de engañar y faltar a la transparencia. 

El engaño es una elección y no un error. Cuando uno cede a la mentira esta dejando ver aspectos de su personalidad signados por el miedo a confrontar al otro, como as, también el miedo a ser rechazado por lo que dice o piensa. Quizá mentir sostiene una ilusión de controlar el vínculo de alguna manera cuando este se ve amenazado.

Así, los hijos engañan a los padres cuando han hecho algo que no corresponde. Las parejas se engañan entre sí cuando no han podido afrontar sinceramente otras verdades propias de los desencuentros en una relación; los amigos se engañan, y los gobiernos lo hacen mucho más. 

Este mal esta en cada uno de nosotros y combate con nuestro orgullo y nuestra testarudez. En la medida que más lugar le demos, más territorio ganará haciendo de nuestras relaciones un verdadero caos. 

Por eso la Biblia nos interpela para que sigamos la verdad y andemos en la verdad, es más allá que una virtud. La verdad es una persona: Jesús. Es un QUIÉN y no un COMO. Identificarnos con Jesús es quitar de nosotros las mentiras. Es animarnos a la autencidad, crecer en integridad y borrar esas sombras de trampa con nosotros mismos y con los otros. Esto hace de nuestras relaciones, vínculos maduros, sinceros y firmes, basados en la confianza mutua y en la unidad. Pero la verdad también es una invitación. Es Jesús ofreciéndonos la verdad que libera. «SI permaneceis en mi palabra, seréis en verdad mis discípulos y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres»; «En verdad, en verdad os digo si alguno guardare mi palabra, jamás verá la muerte». 

«Más vale sentirse vencido por decir la verdad, que creer las victorias de las mentiras». (O)

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