Estímulos a medallistas Olímpicos

Columnistas, Opinión

Mediante el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda, el gobierno de Daniel Noboa incentivó el esfuerzo de los deportistas que participaron en los juegos olímpicos de París 2024 a los medallistas olímpicos Daniel Pintado, Glenda Morejón, Neisi Dajomes, Angie Palacios y Lucía Yépez, este es un justo reconocimiento para motivar la excelencia deportiva, cumpliendo el sueño de cinco deportistas, les entregaron viviendas totalmente equipadas. Este es un estímulo a su esfuerzo y dedicación, que a lo mejor nunca se imaginaron estos héroes de la patria recibirlos, quienes, al igual que otros nos obligan a soñar que todo es posible, pido al gobierno nacional que con la misma diligencia lo haga con los cinco atletas que nos entregaron el diploma olímpico, llegar al top 8 mundial no es fácil entre millones de deportistas que aspiran tenerlo, también que se haga justicia con  la familia de Alex Quiñonez, tercero en el Campeonato mundial de Atletismo, que fue asesinado en el gobierno de Lasso y que nunca le cumplieron lo ofrecido. 

Recuerdo, cuando el deporte empezó a tener auge, sólo el haber alcanzado Campeonatos Sudamericano, ya representaba para cada uno de nosotros un triunfo para el país, tenían la misma trascendencia como el haber logrado una medalla olímpica, ¿saben que hacían esas autoridades de aquel entonces?  “Nada”; sólo les entregaban un diploma, como que de eso se alimentan, se educan y sostienen a sus familiares, conozco deportistas que se encuentran en la indefensión e indigencia y otros murieron en la extrema pobreza. Que bueno que las cosas vayan cambiando, dignificando y reconociendo a estos deportistas que se preparan de 8 a 12 horas diarias.

Estos deportistas deberían tener un efecto sociopolítico y económico para sus territorios, todos ellos en su mayoría provienen de lugares sumamente empobrecidos que no tienen acceso a agua potable, salubridad y la poca infraestructura que se cae a pedazos; estudiantes que regularmente son reclutados por las mafias, porque no tienen para su desayuno y el trasporte; las estadísticas dicen que los estudiantes de estas zonas cuando logran graduarse no pueden obtener un cupo universitario, justamente por esa brecha de inequidad causada por una evaluación perversa que no logran el puntaje adecuado. 

Señor Presidente: Lo felicito por esta gran iniciativa en reconocer a nuestros medallistas olímpicos, pero si tengo una preocupación, ¿va a esperar que cada joven de esos barrios empobrecidos consigan una medalla olímpica para ser atendidos con decencia? Es el momento de activar a todos los organismos desconcentrados de su gobierno y realicen un diagnóstico de las necesidades que tienen estos lugares como, por ejemplo: el sector del valle del Chota (Imbabura-Carchi), la provincia de Esmeraldas históricamente discriminada, las periferias de Guayaquil, el Puyo, Quevedo, etc.); ahí sí, estaríamos hablando de una verdadera justicia social para la igualdad de oportunidades y el acceso a derechos fundamentales de los más pobres y empobrecidos. (O)

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