Populismo extremo

Columnistas, Opinión

El populismo es el estilo que ha dominado el debate público en muchos países los últimos años. El término se remonta a la palabra latina «populus», que significa «el pueblo»; pero en la actualidad, se refiere a una forma particular de actuar en la política.

Los populistas creen que ellos son los únicos que conocen y comprenden las necesidades del pueblo y que gozan casi de super poderes para resolverlas. A contrario, los que tienen una visión distinta son descalificados y hasta perseguidos. Los populismos pueden de izquierda o derechistas e incorporar cada uno otras ideologías. En el caso del populismo de derecha están los nacionalismos radicales y la xenofobia, mientras los de tendencia izquierdista, representan a la demagogia y los propósitos insensatos destinados para ganarse la simpatía de la población.

En América Latina, este fenómeno es una forma de gobierno bajo el liderazgo de un sujeto carismático, con propuestas de igualdad social y un claro predominio de argumentos emocionales sobre los racionales. Nicolás Maduro, el mandatario autócrata de Venezuela que se autoproclamó presidente después de unas elecciones que generan serias incertidumbres sobre su legitimidad, es el ejemplo tangible de populista. Para muestra un botón, el pasado lunes, hizo un anuncio que no dejó indiferente a nadie. La Navidad en este país se celebrará dos meses antes que el resto del mundo. 

A pesar que la medida es sorprendente, Maduro ha optado antes por anticipar la Navidad. En 2020, declaró que las festividades comenzarían el 15 de octubre; en 2021, hizo lo mismo, pero la adelantó para el 4 de octubre. El público asistente a una concentración de partidarios del chavismo aplaudió con fervor este cambio de fecha en la celebración navideña. Sin duda, la irracionalidad es la fuente principal de seguidores del populismo.

A priori, este absurdo, tiene como motivación principal crear una cortina de humo que oculte el escándalo que vive Venezuela desde las elecciones poco transparentes del pasado 28 de julio. Además, busca ocultar la persecución sistemática y violenta con la que el Ejecutivo intimida a la oposición. Otra razón, no menos absurda, sería el reparto de alimentos que el gobierno acostumbra realizar cuando se acercan los últimos días del año. 

Esto sucede, mientras la mayoría de los ciudadanos enfrentan cortes de energía y diversas carencias, millones de venezolanos huyen de su país y otros aplauden al régimen que los gobierna a cambio de dádivas. (O)

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