La crisis de la política

Columnistas, Opinión

La política, en su esencia, debería ser un instrumento para el bien común, un medio para mejorar la vida de los ciudadanos y fortalecer las instituciones. Sin embargo, en la actualidad, la política se ha convertido en un espectáculo de intereses personales, de poder y de manipulación.

La falta de ética, la corrupción y el incumplimiento de promesas han llevado a una crisis de confianza en los líderes políticos. Los ciudadanos se sienten desencantados y desilusionados con un sistema que parece más preocupado por mantener el poder que por servir al pueblo.

La polarización y el odio han reemplazado al diálogo y la tolerancia. Los políticos se enfocan en atacar a sus oponentes en lugar de proponer soluciones reales a los problemas que afectan a la sociedad. La política se ha convertido en un juego de suma cero, donde el ganador se lleva todo y el perdedor es demonizado.

Pero la crisis de la política no es solo una cuestión de liderazgo, es también una cuestión de cultura. La sociedad debe reflexionar sobre sus valores y prioridades. ¿Qué tipo de líderes queremos? ¿Qué tipo de política queremos?

La democracia requiere ciudadanos informados, críticos y comprometidos. Requiere líderes que sean transparentes, honestos y responsables. Requiere un diálogo respetuoso y constructivo.

Es hora de replantear la política y recuperar su esencia original. Es hora de priorizar el bien común sobre los intereses personales. Es hora de restaurar la confianza en las instituciones y en los líderes.

La política no es un espectáculo, es un servicio. Los políticos no son estrellas, son servidores públicos. Es hora de recordarlo y de exigirlo. La democracia depende de ello. (O)

alvaro.sanchez2000@hotmail.com

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