La paz rota por decapitado

Policiales, Seguridad

Las calles del barrio San Jorge de Pishilata, habitualmente serenas, se vieron perturbadas la tarde del último martes 17 de septiembre. La tranquilidad se desvaneció a las 16:31 horas cuando una noticia estremeció a los vecinos: un cuerpo decapitado había sido hallado en un terreno baldío entre las calles Praxiteles e Hipatia. 

El hallazgo fue reportado al sistema ECU-911. Mario Fernando Jiménez Romero, coordinador de seguridad de la parroquia Picaihua, recibió la llamada que lo dejó atónito. César Solís Ortiz, un vecino, le informó del macabro descubrimiento con una frase que aún resuena en el vecindario: ‘Un cuerpo sin cabeza’. El horror de la escena congeló la vida cotidiana de San Jorge.

El equipo de la Dinased Tungurahua se movilizó de inmediato hacia el lugar. Lo que encontraron fue una escena ya modificada por el tiempo y la naturaleza. Un joven de entre 25 y 30 años yacía sin vida en posición decúbito ventral. La cabeza había sido arrancada, y la antropofagia cadavérica se hacía evidente en el rostro y la región torácica. La muerte, además de la vida, le había arrebatado cualquier posibilidad de identificación inmediata. Los signos cadavéricos indicaban que el fallecimiento había ocurrido más de 36 horas antes, dejando en el aire preguntas sin respuesta y un misterio cada vez más profundo.

Los residentes, envueltos en la conmoción, optaron por el silencio. Nadie había notado nada fuera de lo común en los días previos.  El fiscal de turno ordenó el levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Centro de Investigaciones Forenses de la Zona 3 (CICF-Z3) para la autopsia. Las autoridades esperan que este procedimiento arroje luz sobre la causa real de la muerte. 

El comandante de la Subzona de Policía de Tungurahua, Alex Silva, destacó la gravedad del caso y señaló la complejidad de la situación. «Debido a la antropofagia cadavérica por animales, no se puede determinar si las heridas son producto de mordidas o de un arma blanca. Es prematuro hablar de una causa de muerte. Estamos a la espera del resultado de la autopsia y de lo que determinen las autoridades», afirmó. 

Hasta el cierre de esta edición, la identidad de la víctima sigue siendo un enigma. No existen denuncias recientes de personas desaparecidas con esas características en Tungurahua. (I)

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