No es broma

Columnistas, Opinión

El comandante de la Tercera Región Militar de México, el general Francisco Jesús Leana Ojeda, en una declaración sobre la guerra en Sinaloa, emitida el 16 de septiembre, afirmó que, la normalidad en Culiacán no depende de las fuerzas del orden, sino de la buena voluntad de los delincuentes. 

En contexto, la pregunta de un periodista local sobre cuándo regresaría la gente a la normalidad, encontró como respuesta del comandante: “Queremos que sea de los más rápidamente posible, pero no depende de nosotros. Depende de los grupos antagónicos…” El periodista, para saber si fue un error o para permitir que el comandante se reivindique, preguntó nuevamente: ¿La seguridad depende de los grupos delincuenciales? Al contrario de lo esperado, el militar se ratificó en su respuesta: “Depende de ellos, ellos son los que quieren hacer las agresiones y son los que están cobrando vidas. No es broma, la seguridad no dependería del Estado mexicano, sino de la buena voluntad de los grupos de delincuencia organizada. 

Estados Unidos considera la detención de Ismael Zambada y Joaquín Guzmán, hijo de El Chapo, como un golpe al corazón del Cartel de Sinaloa. En México, el suceso tuvo un gran impacto mediático. No obstante, los herederos de Zambada y Guzmán han transformado las calles de Culiacán y otras zonas en un campo de batalla.

En medio de la crisis, las palabras del comandante, sin sonrojarse ante las cámaras y los micrófonos, representan casi la capitulación del Estado ante los carteles de la droga. Según esta teoría, la guerra finalizará cuando los enemigos, civiles armados, decidan poner fin al conflicto o terminen de aniquilarse mutuamente. Mientras tanto, la población se refugia y el gobierno se lava las manos. Aunque parezca una broma, la paz depende del narcotráfico, no del Estado.

¿Con qué cara un general de una nación respetable se expresa de esa manera? ¿Qué pueden esperar los ciudadanos de ese país cuando casi se reconoce de forma oficial que el Estado está siendo rebasado por el crimen organizado? ¿Estamos frente a un Estado fallido o incapaz? Pero no solamente eso, también cabe preguntarse si el Ecuador está en el proceso de convertirse en una nueva Sinaloa debido a la gran influencia de los carteles mexicanos. A pesar de la complejidad de la respuesta, es importante destacar que en un Estado de derecho, los grupos delictivos no tienen la autoridad para imponer sus reglas o detener la violencia cuando lo deseen. (O)

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