La carga estática y la salud

Columnistas, Opinión

Una molécula neutra de oxígeno está compuesta por dos átomos. Cada uno posee ocho cargas positivas (protones) y ocho electrones (negativas). En zonas respirables donde no existe el desequilibrio eléctrico de nuestro aire, es decir de saludable ionización, el oxígeno del aire capta un electrón en su última órbita, convirtiéndose así en un ion negativo. La molécula tiene ahora un electrón más, al tener 16 protones pero 17 electrones

Las moléculas del aire que respiramos contienen pequeñas cargas eléctricas positivas o negativas. En las ciudades hay un exceso de iones positivos, mientras que en el campo y en las montañas abundan los negativos. En el aire fresco encontramos hasta 4.000 iones negativos por centímetro cúbico y cerca de una cascada, por ejemplo, pueden contabilizarse hasta 10.000; sin embargo, en las grandes ciudades su número no supera los 100 por centímetro cúbico, dentro de un auto baja hasta a 10. Estos iones influyen notablemente en nuestros procesos biológicos y psíquicos. La ionización del aire es fundamental en la creación y mantenimiento de la vida en la Tierra. El desequilibrio iónico del aire hacia un exceso de iones positivos es perjudicial para el ser humano. La capacidad de defensa del cuerpo humano depende en gran parte de respirar en una atmósfera con un buen porcentaje de iones negativos ya que aumentan el rendimiento corporal y psíquico. Los iones negativos se absorben a través de la piel, produciendo efectos en los órganos internos, pero fundamentalmente influyen sobre el organismo a través de la respiración, permitiendo una mayor absorción de oxígeno. Uno de los efectos más importantes de la ionización se observa en la reducción del stress ya que los iones positivos elevan la producción de la neurohormona llamada serotonina en nuestro organismo, siendo ésta una de las hormonas del estrés. El stress nos provoca cefaleas, mareos, insomnio, ansiedad, irritabilidad, cansancio, falta de concentración y miles de síntomas inespecíficos. Los iones negativos del aire, por el contrario, nos brinda reposo, relajación y mayor energía porque reducen el tenor de la serotonina. El aire de las ciudades y sus ambientes son cada vez más insalubres por la carencia de iones negativos. Otro factor muy importante es la emanación de gases de los automóviles, los revestimientos plásticos, las alfombras de material sintético, las pantallas de televisión, computadoras, celulares, etc. Los sistemas de aire acondicionado o calefacción central al friccionar el aire contra los ductos de conducción producen la pérdida casi total de los iones negativos. La pesadez que sentimos en los centros comerciales, en las oficinas modernas se deben a este factor, agravado además con la presencia de otros contaminantes. Esta brutal carga positiva llamada también “carga estática”, llega hasta el extremo de darnos una descarga eléctrica al tocar una superficie metálica. Existen además lo que se ha llamado “iones grandes” o “pesados”, que son aglomeraciones eléctricas alrededor de granos de polvo o smog, a los que también se les llama “lentos” por su escasa movilidad y su dificultad de asimilación. Por otra parte, los iones positivos suelen producirse por fricción de masas de aire entre sí, siendo el fenómeno especialmente notable en las horas previas a una tormenta, existen casos de dolores de cabeza o articulares que se vinculan a este fenómeno. (O)

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