¿La Actitud es Todo?
Dentro de las organizaciones (empresa, familia, o cualquier grupo social), se ha revalorizado tanto el tema
de la actitud, que cada vez más personas consideran que la “actitud es todo”; sin embargo, siempre se
necesita algo más que actitud para ser educado, responsable, eficiente o competitivo.
Partimos del hecho de que la actitud es la forma de actuar de una persona, de hecho todas las personas
tienen actitudes que dan como resultado tendencias a responder positiva o negativamente ante cualquier
evento; es por ésta razón que las organizaciones se esfuerzan en función de mejorar la actitud de la gente y
muchas empresas gastan ingentes cantidades de dinero para capacitar al personal en torno a mejorar la
actitud de sus empleados, buscan los mejores motivadores para motivar al personal, sin embargo los
ejércitos de gente desmotivada siguen creciendo al interior de las empresas; y en el entorno familiar,
padres e hijos no mejoran su actitud, ¿Por qué?
La mayor parte de las personas no tenemos un control consciente de nuestras actitudes y funcionamos casi
de manera automática para generar los resultados en la empresa o en la casa. Casi nunca nos damos cuenta
el hecho de que nuestras actitudes puedan ser positivas o negativas.
La gente interpreta o percibe el mundo de acuerdo a su propio marco de referencia, muchas veces creemos
y estamos seguros de que el modo en que vemos las cosas corresponde a lo que realmente son o a lo que
deberían ser, elegimos aquella información que mejor se acomode a nuestras normas y creencias; esto da
origen a nuestras actitudes y por supuesto a nuestra conducta.
Para ponerles un ejemplo: Si alguien quiere llegar a algún lugar de la ciudad de Guayaquil, El Google Map
sería de gran ayuda, pero si a esta persona le entregan la dirección equivocada, y sin darse cuenta busca el
lugar, le pone empeño, es más diligente, más positivo; seguramente llegará al lugar equivocado pese a tener
actitud positiva.
Es decir, el problema fundamental va más allá de la actitud, el problema es que nuestro mapa o marco de
referencia es equivocado; entonces el esfuerzo, el empeño y la actitud positiva determinan una diferencia
real cuando el mapa o marco de referencia es el correcto.
Un Paradigma es considerado como un Mapa, pero un Mapa no es un Territorio…. Un Mapa es simplemente
la explicación de un Territorio; entonces un Paradigma es precisamente eso… una teoría, un marco de
referencia, o el modelo de alguna cosa.
Ahora, debemos tener claro que todos los seres humanos tenemos muchos mapas en la cabeza; mapas del
modo en que son las cosas, y con esos mapas mentales interpretamos todo lo que experimentamos, y pocas
veces cuestionamos estos mapas, y damos por sentado que el modo en que vemos las cosas concierne a lo
que efectivamente son o deberían ser. Y es que las influencias que obran en nuestras vidas (la familia, la
escuela, la iglesia, la televisión, el internet, el trabajo, los amigos, etc.) tienen un efecto silencioso e
inconsciente en nosotros, y contribuyen a dar forma a nuestro marco de referencia, a nuestros mapas, o a lo
que los psicólogos lo llaman “Nuestros Paradigmas”.
Tarea Pendiente ir más allá de la actitud. ¿Cómo?, interpretando el mundo con nuestras facultades
intelectuales (la razón, la imaginación, la voluntad) y no únicamente con nuestros sentidos (ver, escuchar,
tocar).