Noticias sobre los estreñidos en la conquista. 1533

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Estar atacado de estreñimiento en un viaje de conquista pudo haber sido un gran problema, sin saber cómo evacuar los desconocidos alimentos conseguidos en la más aventurera de las experiencias de ingesta de cosas desconocidas, o comidas bajo las urgencias del hambre. Se dice que hasta se comían los cueros de las cabalgaduras con caballos incluidos. Encontrarse con árboles de frutos agradables debió haber sido visto como una bendición. Este es un dato no solo curioso, sino decidor de investigación alimentaria y medicinal que me ha valido para mis ejercicios lexicográficos.

Vamos al dato de la historia:

“Cuando desde la costa de Nueva Granada, en concreto desde Cartagena de Indias, el gobernador Pedro de Heredia organizó diversas expediciones para reconocer el interior más inmediato, las regiones de Pancenú y Fincenú, se encargó al capitán Cáceres que llevase consigo hasta 300 hombres de vuelta a Cartagena, remontando el río Cenú hasta alcanzar la costa. La falta de alimentos obligó a aquellos pobres integrantes de la hueste a ingerir unas frutillas, llamadas guacunas, que los estriñeron, y ese fue el pobre alimento que tuvieron durante leguas y leguas de tortuoso camino. El resultado fue que, arrimados a árboles donde se cobijaban y se sujetaban para no caer al suelo a causa de la inanición, fueron quedándose muchos. Al final, de los 300 integrantes del grupo, muchos veteranos de las guerras de Italia, solo 90 llegaron vivos a la costa.” (Espino Antonio, Exploradores del Nuevo Mundo, Ed. Arpa Barcelona, 2024, p. 74).

Resulta que pensaba que la fruta que comieron pudo haber sido la guayaba, que aunque olorosa y deliciosa,  sin embargo acarrea severos estreñimientos. Pero no valió mi conjetura porque al buscar léxicos coloniales, una cosa es guayaba y otra es guacuna. El libro que cito a continuación me entregó un ex compañero del Instituto Caro y Cuervo de Bogotá que cito para la explicación:

 “Guacimo.- Voz arahuaco-taína, del haitiano guázuma (Corominas)…Friederici recoge las variantes guácuma, guasuma, guásima, guácima, guácimo. De igual manera encuentra la primera documentación en Oviedo (Hist., I, p.298)” “Guacuma es un árbol grande que hecha una fructa como moras”, 1535; “Las Casas atestigua su acentuación: hay otros árboles que llamaban los indios guacimas, la media sílaba breve”.

La palabra se documenta en escritos neogranadinos como Aguado “por averse dado a comer cierta fruta llamada guacuna (es guacuma) con que se habían estreñido… habiendo guazumas por el camino / las tenían por principal sustento” (p. 278) ver el libro de Alonso Maffla Bilbao, Indigenismos en las noticias historiales de Fray Pedro Simón” Ed. Universitaria de la Universidad de Nariño (Colombia), San Juan de  Pasto, 2003.

El fruto se da en México, América Central, Colombia y Venezuela. No se sabe si hay guacumas en Ecuador, aunque creo que sí, y si acaso pueden ser de interés para los botánicos. Como es de saber por su geografía,  los senúes o zinúes eran tribus indígenas del norte colombiano que habitaban en una zona abundante en aguas en las proximidades al río Magdalena donde desarrollaron su rica orfebrería y una cerámica exquisita considerada una de las más antiguas de América.

Si los “descubridores” dicen que por estos valles no tuvieron qué comer, el dato histórico pude ser dramático para destacar su heroísmo. Estaban en una zona fértil. Lo que pudo haber pasado es que abusaron en  la ingesta que les llevó a los extremos de taponamiento que les habría hecho pedir ayuda a la misericordia divina.

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