Naturaleza eléctrica I
Se me ocurre esta vez puntualizar e introducirnos en un tema tan interesante, como es,
las aplicaciones de la bioelectricidad humana y nuestro electromagnetismo en la salud
humana. Henry Moray mencionaba que: «En última instancia, todas las cosas son de
naturaleza eléctrica. Yendo un poco más lejos, podríamos suponer sin temor a
contradecirnos que todo se reduce a frecuencias vibratorias». Marie Corelli decía: «La
electricidad lo es todo y todo es electricidad.» Dr. F. K. Bellokossy recordaba que: La
vida es una infinita e inteligente interacción de energías electromagnéticas transportadas
por sustancias químicas. Toda forma de vida (plantas y animales) existimos y
respondemos al campo magnético de la Tierra. Todos los seres vivientes, plantas,
animales, e incluso el hombre somos estructuras bioeléctricas. En efecto, toda célula
viva se comporta como un dipolo ya que la distribución asimétrica de cargas hace que el
interior celular sea negativo respecto al exterior. La diferencia de potencial a través de
la membrana es variable en diversos tipos de células, encontrándose valores frecuentes
entre -10 y -l00 mV. En los animales y los seres humanos en particular, son frecuentes
las manifestaciones eléctricas que se valoran con fines diagnósticos:
electrocardiograma, electroencefalograma, electromiograma y electrorretinograma,
entre los más usados. Por otro lado, producto de la evolución planetaria, la Tierra se
encuentra rodeada de un campo magnético estático de un valor promedio de 500 mG y
con manifestaciones naturales esporádicas de tormentas magnéticas de origen solar que
pueden alcanzar 50 mG. Por tanto, los seres vivientes han estado sometidos por
millones de años a influencias magnéticas de origen natural. Sin embargo, producto del
desarrollo tecnológico de la humanidad, desde el descubrimiento de la energía eléctrica
y las telecomunicaciones se empezó a poblar nuestro planeta de muy diversas ondas
pertenecientes al espectro electromagnético, entre ellas los llamados campos
electromagnéticos de frecuencia extremadamente baja debido a la electricidad alterna y
otras de mucho mayor frecuencia como las ondas de radio, televisión y radar. Por tanto,
los seres vivientes estamos expuestos a gran variedad de ondas. Todo cuerpo cargado
eléctricamente tiene en su alrededor inmediato un área dónde es posible detectar su
influencia que se llama «campo eléctrico». Pero en cuanto se inicie el movimiento de
cargas, o sea un flujo de corriente, aparece un campo magnético perpendicular al
sentido de la corriente. Con base en lo anterior se deduce que dondequiera que haya
corriente alterna, necesariamente habrá un campo magnético en los alrededores. Esto
incluye todo sistema eléctrico, desde la generación en las plantas, subestaciones
elevadoras, líneas de transmisión, subestaciones reductoras, líneas de distribución,
transformadores, líneas primarias y secundarias, hasta el aparato que utilice la corriente:
horno, cocina, TV, radios, plancha, computadora, secadora, fluorescente, bombillo,
calentador, motores, etc. La próxima semana estaremos conociendo en este fascinante
campo científico lo que sucede en nuestro organismo y la relación con la Acupuntura
China