Mirada de resultados y escenarios políticos
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Los análisis frente a las elecciones para presidente, asambleístas nacionales, provinciales y parlamentarios andinos se generaron antes, durante y después. Los resultados registrados el nueve febrero determinaron la segunda vuelta entre Daniel Noboa y Luisa González. Los ecuatorianos acudirán a las urnas el domingo 13 de abril.
A decir del politólogo Francisco Real Pérez, “los resultados del nueve de febrero reflejan una elección altamente competitiva y polarizada. Con Daniel Noboa (44,31%) y Luisa González (43,83%) separados por un margen mínimo, Ecuador se encuentra en escenario de disputa ideológica entre los centro derecha y la izquierda, sin una hegemonía clara”.
Francisco Real fundamenta su análisis en cinco claves concebidas desde la perspectiva politóloga: Polarización y crisis de representación; cuestionamiento a las encuestas y percepción de manipulación; el peso del movimiento indígena como actor bisagra; fragmentación de la derecha y desafíos de Noboa; y, alta participación: ¿estabilidad o incertidumbre?
Tomando en cuenta la clave de polarización y crisis de representación, señala que “el margen estrecho entre los candidatos sugiere ‘electorado dividido en dos bloques casi equivalentes’, lo que puede generar dificultades en la gobernabilidad futura. La alta polarización también puede ser reflejo de crisis de representación donde los ciudadanos votan más por rechazo que por convicción”.
Frente al cuestionamiento a las encuestas y percepción de manipulación, señala que el discurso de la posible victoria de Noboa en primera vuelta, impulsado por diversas encuestas, contrasta con la realidad electoral. Esto podría “erosionar la confianza en los estudios de opinión pública” y alimentar narrativas de fraude o manipulación mediática, impactando la legitimidad del proceso electoral.
El peso del movimiento indígena está presente, “Leonidas Iza y su 5,26 por ciento representan electorado con capacidad de inclinar la balanza en la segunda vuelta. Históricamente, el movimiento indígena ha jugado papel clave en las transiciones políticas por lo que su apoyo o neutralidad será determinante para González”.
Con relación a la fragmentación, “el margen estrecho entre los candidatos sugiere ‘electorado dividido en dos bloques casi equivalentes”, lo que puede generar dificultades en la gobernabilidad futura. La alta polarización también puede ser reflejo de crisis de representación, donde los ciudadanos votan más por rechazo que por convicción.
Alta participación tiene su análisis, “con más del 82% de participación, se confirma ‘interés ciudadano elevado’ en la política. Sin embargo, resultado tan ajustado puede derivar en ‘movilizaciones sociales, impugnaciones o protestas’, especialmente si alguna de las partes denuncia irregularidades”.
Los resultados conllevaron a la segunda vuelta y su revisión: Noboa consolidando la derecha, “si logra atraer los votos de la derecha disidente, podría asegurar la victoria. Si González sumando el voto indígena y del descontento; y si, construye alianzas con sectores marginados podría revertir el resultado”.
Las tensiones políticas y posible crisis institucional podría surgir durante la segunda vuelta; ya que, el resultado cerrado podría generar disputas legales y conflictos sociales.
Para Francisco Real Pérez, “Ecuador enfrentará crisis decisiva con la incertidumbre sobre la gobernabilidad futura y el riesgo de mayor polarización. La segunda vuelta será clave para definir no solo un presidente, sino el rumbo político del país en los próximos años”. (I)