Limpieza propagandística / Editorial

    Terminó la campaña electoral con los resultados conocidos. Los rostros de los candidatos que se promocionaron están por todos lados convirtiéndose esta publicidad en una elevada contaminación visual.

   Ahora viene lo bueno, así como las organizaciones políticas colocaron la propaganda electoral en postes, casas, paredes, puentes, parques, árboles; todos esos candidatos, ganadores y perdedores, tienen la obligación moral de retirar esas pancartas, afiches y todo aquello que ensucia la ciudad.

   Estamos a vísperas de las fiestas ambateñas y la ciudad debe estar impecable para recibir a los turistas. Aquellos candidatos deben limpiar la propaganda. La mayoría hablaba de transformar el país, ofrecían de todo como en botica, ahora demuestren que pueden ayudar a su ciudad y provincia con una sola acción concreta, retiren la propaganda.

Mientras más limpia esté la ciudad, ésta será atractiva para los que vivimos aquí y los que nos visitarán. (O)