Soy responsable

Si frente a una ofensa (cualquiera que sea) buscamos culpables, siempre saldrá perdiendo, así sea evidente e indiscutible que quien la tuvo fue otra persona y no precisamente usted. Y es que endilgar culpas no soluciona nada. Alguien dirá: “¿Cómo que no?: al culpable se le hará notar su falta, podrá corregirla y aprenderá” Tal vez, pero señalarlo como culpable en vez de, por ejemplo, decirle amablemente “está bien, solo fue un error” o incluso simplemente sonreírle (sí, aunque parezca ridículo) siempre será degradante y podría dejar secuelas en su psiquis y autoestima. Por otro lado, la sensación de aquel que lo acusó de “culpable” probablemente sea la de superioridad al pensar que “ganó”, no obstante, le aseguro que esa persona estará muy lejos del incomparable alivio de la paz interior.
Queda claro entonces que cada vez que preguntamos ¿Quién es el culpable? será para que pierdan por igual acusador y acusado; en consecuencia, la pregunta con sentido y propósito debería ser: ¿Quién es responsable?, y antes de que me diga: “¡pero es lo mismo!” sepa usted que no, porque aquí la respuesta siempre, en todos los casos y sin excepción va a ser: “Yo soy responsable”, sí, usted es el único y directo responsable de cualquier ofensa, afrenta, injuria o ultraje que le hicieren, como también, claro está, de todo lo bueno, grandioso y extraordinario que llegue a su vida.
Seguramente pensará que esto es una menuda estupidez, toda vez que al vivir en permanente interrelación con muchas personas siempre va a haber también “otros responsables y no solo yo”. Ya es hora, sin embargo, de que asumamos nuestro papel de CREADORES de nuestro propio destino y que como tal es usted quien permite que le sucedan las cosas porque es usted quien las ha creado. No hacerlo, es decir, no asumir la responsabilidad de lo que le pasa, significa jugar al papel de víctima.
Ahora, debemos diferenciar algo muy importante y es que si usted es responsable de todo, no es culpable de todo. Esto significa que si alguien le causó daño, claramente usted no será “culpable”, pero sí será responsable de su reacción inmediata y de cómo va a sentirse frente a ese agravio. Recuerde esta máxima de filosofía oriental: “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional”, lo que quiere decir que si se equivocó tendrá que asumir las inevitables consecuencias y el posible dolor que eso conlleve, pero vivir el resto de la vida sufriendo por aquello, esa ya es su decisión, su responsabilidad. A esto me refiero con “crear”.
En conclusión: las cosas son como son porque usted ha permitido que así sean y porque su función en esta vida es la de creador, no de víctima; por lo tanto, a partir de hoy decida por sus sueños, búsquelos, créalos y asuma la responsabilidad de escribir esa historia extraordinaria por la que ha venido a experimentar esta vida. (O)