Hasta siempre mi gran amigo montañista 

Columnistas, Opinión

El 19 de Marzo, del presente año, cumple un mes del fallecimiento de mi gran amigo montañista y amante de la naturaleza, Hugo Alvarez Oñate, quien fue mi guía cuando enseñaba prácticamente Geografia Fisica del Ecuador, a los alumnos de la especialización de la Universidad Tècnica de Ambato; fuimos por las montañas, valles, lagunas, cascadas, mesetas y otras formas del relieve de nuestra provincia, siguiendo senderos que no conocía; siempre fue optimista, un buen hombre un honesto artesano.

Ascendió a varias montañas y las coronó, fue un andinista de alta montaña; con un grupo de andinistas de la ciudad de Ambato, llegó a la cumbre del Aconcagua, la montaña más alta del continente, ubicada entre la frontera de las repúblicas de Chile y Argentina.

«Todo termina, es tan insólito morirse como haber nacido», dijo un filosofo».

«Todos tenemos que ver con la muerte, a todos nos implica, ya que ningun puede evitarla…»

«Pero aunque es difícil, estamos dispuestos a ese final de modo irremediable. No hay poder humano que «pueda» contra nuestra propia muerte.

Hugo Alvarez Oñate, fue un hombre siempre dispuesto a estar en las montañas y junto a la pasible y hermosa naturaleza; fue el creador del programa Montañismo y Amistad, que en temporada vacacional realizaba El Club de Andinismo Nicolás Martinez, del que fue su presidente.

Hoy le rindo público homenaje, a Hugo Alvarez Oñate, un gran amigo montañista y amante de la naturaleza.

Hasta siempre, mi viejo amigo montañista; pronto estaremos junto a ti, para que nos guies por los senderos de cielo.

«NO SON MUERTOS LOS QUE, EN DULCE CALMA, DISFRUTAN LA PAZ DE UNA TUMBA FRÌA, MUERTOS SON LOS QUE TENIENDO MUERTA EL ALMA, VIVEN TODAVIA». (O)

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