Familia tradicional / Editorial
A nivel mundial, desde las escuelas y colegios, se ha comenzado a instaurar pensamientos o, mejor dicho, se está “normalizando” el concepto de nuevas familias, destruyendo su conformación natural de hombre y mujer, tema que ha tomado auge bajo la crítica social y la academia.
En países como Estados Unidos, sobre todo, en el estado de California, se están generando ‘ideales erróneos’ en aulas estudiantiles; a los niños, desde una temprana edad, sin tener una madurez emocional y, peor aún, sin llegar a la adolescencia, pueden decidir a qué tipo de género pertenecen o se sienten; es decir, si son masculinos, femeninos y ahora se habla hasta de una transexualidad, entre otros aspectos que van en contra de un orden establecido.
Si bien estos temas polémicos y liberales, en su totalidad, en el que ciertos sectores políticos y sociales apoyan, no está más por decir que solo existen dos tipos de sexo y los derechos de los niños están por encima de estas creencias de otras naciones llamadas de primer mundo. No obstante, no estamos en contra de la libertad de pensamiento, ni criminalizamos las decisiones personales de la gente, sino establecemos nuestro argumento, bajo nuestra línea editorial católica e independiente.
Se respalda el concepto de familia tradicional. Mantener una ideología, acorde a la crianza de nuestros padres, resalta y se predica bajo los principios bíblicos de Dios, desde que conformó al núcleo familiar, acorde al orden natural de la vida. (O)