A la final por penaltis

Columnistas, Opinión

Con el resultado de la primera vuelta electoral, tan cerrado, parecería que la segunda vuelta se decidiría por penaltis, como ocurre en los partidos de fútbol que deben definirse, al final, entre un jugador y el portero de cada equipo. Sin embargo, la votación histórica y la situación de cada candidato abren la oportunidad para que el partido no se defina por penaltis.

Luisa obtuvo alrededor del 48% en la segunda vuelta del año 2023. Esta vez se movió por el 44% de la votación válida. Para igualar el resultado del 2023 debe subir cuatro puntos. Y si quiere ganar debe incrementar, al menos, seis puntos. Noboa, por su parte, debe aumentar unos cinco puntos para vencer en la segunda vuelta de este año. 

A Luisa, que ganó en la primera vuelta del 2023, no le va a resultar fácil subir seis puntos, por el techo que ha levantado su organización en los últimos años. Para Noboa es más fácil la subida de cinco puntos. No tiene sobre su cabeza el techo electoral que, en cambio, sí tiene la revolución ciudadana. De la gestión gubernamental de estos meses va a depender, en gran medida, el incremento de adhesiones. El tema de la seguridad, con un enfoque renovado, puede permitirle conseguir más adeptos. 

La elección presidencial de León fue perfilada en el debate con Borja. El cara a cara no fue determinante en el resultado, aunque sí los ubicó, de cuerpo entero, en la retina de los electores en el año 1984. En la elección estadounidense de 1960, Nixon habría perdido la elección en el debate con Kennedy, no porque hubiera sido deficiente su participación, sino por su apariencia. Los televidentes le vieron con un traje arrugado y él mismo físicamente descompuesto por una seria dolencia física. A Kennedy lo vieron con más frescura y energía. Los que escucharon por radio el debate concluyeron que Nixon venció, a diferencia de los que lo siguieron en la televisión. 

El debate entre Noboa y Luisa sí será trascendente a la hora de perfilé al ganador.  (O)

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