Adiós a las clases virtuales/ Mg. Roberto Camana-Fiallos

Columnistas, Opinión


Después de siete meses de confinamiento debido al COVID-19, se alistan niños, adolescentes y jóvenes para el regreso progresivo al aula de clases en escuelas, colegios y universidades. Sin embargo, el retorno a la normalidad, en muchos casos quedará en el desuso, plataformas virtuales, videoconferencias, recursos educativos y muy pocos continuarán utilizando estas herramientas tecnológicas.

Ciertamente, el aula digital suple las necesidades del momento en estar conectado diariamente estudiantes y profesores en la continuidad de clases. No obstante, despertó angustia en aquellos estudiantes que no disponían de acceso a internet o computadora. Así, como de expectativas para quienes por primera vez realizaron una videoconferencia o enviaron una tarea por WhatsApp.

En el transcurso de las clases virtuales, se evidenciaron situaciones improvisadas, especialmente de profesores que no crecieron junto a la tecnología o no tuvieron una adecuada capacitación. Sin embargo, la necesidad les hizo que aprendan y pongan en práctica ciertos profesores e incluso que se convirtieran en expertos en el manejo de las herramientas digitales.

Con todo, esta modalidad virtual, ha implicado a invertir más tiempo en docentes en la preparación de clases y estudiantes en la realización de deberes, así como la responsabilidad, en algunos casos en el acompañamiento de padres y madres de familia en el proceso de enseñanza. Sin embargo, para reanudar las clases presenciales, es la oportunidad de repensar.

Es decir, no será el mismo esquema de clases, que se vivió en el confinamiento, donde se reducirá el uso de la tecnología para adentrarse más al trabajo de aula y el contacto directo. De este modo, todos los estudiantes recibirán clases en igualdad de condiciones, situación que fue relegada por limitaciones especialmente aquellos alumnos que viven en sectores rurales.

En conclusión, el retorno progresivo a las clases presenciales, no significa renunciar a lo poco o mucho; que hemos aprendido y vivido en un entorno de educación virtual. Sino, continuar potenciando nuestra práctica docente, que en algún momento se convirtió en un reto. (O)

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