¿Adiós trabajo y universidad? / Esteban Torres Cobo
Hace algunas semanas iniciamos las clases de una nueva e interesante maestría de Derecho Constitucional en la Universidad Indoamérica. Esta vez ya no me encuentro como estudiante en un aula de clases sino como profesor aunque, para quienes lo han experimentado, sabrán que uno es más estudiante que nunca. El proceso de aprendizaje en realidad se incrementa.
No dejo de preguntarme, sin embargo, hasta cuándo seguiremos educándonos en aulas y cumpliendo horarios, como lo hemos formalmente ya durante algunos siglos desde que iniciaron las primeras universidades. O hasta cuándo seguiremos trabajando como lo hemos hecho durante años, acudiendo a oficinas en autos, taxis y buses de nueve a cinco y de lunes a viernes.
Mis dos inquietudes, afortunadamente, ya tienen ciertas respuestas del mundo globalizado actual. Cada vez más, los individuos se educan desde sus casas, ya sea formalmente inscritos en insituciones que permiten el estudio online y otorgan títulos por ello o simplemente se educan de manera no formal y sin una institución que avale algo. Youtube es el mayor proveedor de conocimiento estos momentos, en cualquer campo.
El trabajo también cambia. En los Estados Unidos el 2007 solo el 9% de los trabajadores lo hacían de forma remota, sin pisar una oficina regularmente. Ahora, en el 2018, ese número se incrementó hasta el 43%. ¿En Ecuador cuantos individuos trabajan hoy remotamente, desde sus casas, cafés o espacios compartidos? Ya muchas empresas en nuestro país han dejado de trabajar el viernes en la tarde. ¿En cuántos años más ya la jornada se reducirá por ley a cuatro días?
Algo nos dice, a pesar de estos cambios, que ni la universidad dejará de existir ni las oficinas desaparecerán, pero sí que los hábitos individuales variarán sustancialmente respecto a tiempo libre, movilidad, contaminación y expectativas de realización personal. No hay vuelta atrás. (O)