Adviento y Navidad (I)/ P. Hugo Cisneros
MENSAJES JUVENILES
El Adviento es el tiempo con el cual se inicia el año litúrgico cristiano. Consiste en un período de preparación espiritual para la solemnidad de la Natividad, nombre litúrgico de la Navidad, en la cual se celebra el nacimiento de Jesús.
La proximidad de la Navidad invita al creyente a prepararse para su celebración. Los cristianos disponemos de un tiempo saludable llamado Adviento para preparar nuestro espíritu, nuestra persona y nuestra vida, para renovar en nosotros y en la humanidad el acontecimiento del nacimiento del Hijo de Dios hecho hombre.
Tiempo de preparación
Preparar significa arreglar. Dentro de la psicología del comportamiento humano, ante la proximidad de un acontecimiento importante y significativo solemos disponer nuestro espíritu y arreglar nuestro ambiente para poderlo celebrar con dignidad. Ante la Navidad, que es celebración de un hecho histórico de fe, lo menos que podemos hacer los creyentes es prepararnos.
Ese prepararnos exige generosidad para poder desprendernos de todo aquello que está desarreglado: exige disposición para adecuarnos al gusto del que viene a visitarnos, para que Él esté bien cuando llegue; y reclama perseverancia para que ese arreglo no sea pasajero y perdure.
Preparémonos en la reflexión
El Adviento es un tiempo para intensificar nuestra reflexión sobre los grandes misterios de nuestra fe. Conocer más a Dios, adentrarse su ser y en su riqueza divina abierta al hombre para identificarse con ella. No se trata de una simple percepción intelectual, sino de un conocimiento vital.
Saber vivir es un solo acto en el hombre creyente. Adviento es uña oportunidad para llegar a conocer, saber y vivir a Dios. El que más conoce, está en mayor posibilidad de dar más amor a la personas que conoce.
La palabra latina «adventus» significa “venida”. En el lenguaje cristiano se refiere a la venida de Jesucristo. La liturgia de la Iglesia da el nombre de Adviento a las cuatro semanas que preceden a la Navidad, como una oportunidad para prepararnos en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.
El tiempo de Adviento es un período privilegiado para los cristianos ya que nos invita a recordar el pasado, nos impulsa a vivir el presente y a preparar el futuro.
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Recordar el pasado: Celebrar
y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació en
Belén. Esta fue su venida en la carne, lleno de humildad y pobreza. Vino como
uno de nosotros, hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.
– Vivir el presente: Se trata de vivir en el presente de
nuestra vida diaria la «presencia de Jesucristo» en nosotros y, por
nosotros, en el mundo. Vivir siempre vigilantes, caminando por los caminos del
Señor, en la justicia y en el amor.
– Preparar el futuro: Se trata de prepararnos para la
Parusía o segunda venida de Jesucristo en la «majestad de su gloria».
Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el
Cielo a los que han creido en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos
buenos de los demás. Esperamos su venida gloriosa
que nos traerá la salvación y la vida eterna sin sufrimientos.