Al mando de la web… / Andrea Manjarrez Ocaña
Internet, palabra misteriosa que en la década de los 80 crea sus bases inquebrantables y muy poderosas; a inicios de los 90 conllevaba temor, desconcierto, curiosidad, necesidad de indagación para la sociedad, con la aparición de la www, esto se vuelve un boom y pasa de ser necesidad a ser requerimiento de aprendizaje, reconociendo que este sistema de telecomunicaciones mantenía unidos a miles de ordenadores notando su crecimiento constante y esparcimiento mundial, definiéndose así como el descubrimiento que permitiría avance económico, comercial, comunicacional, educativo, informativo, estratégico a nivel mundial.
Varios son los factores beneficiosos y benévolos de la magia denominada web, mismos aprovechables en diferentes ámbitos del convivir laboral, formativo, cultural. Como en todos los temas expuestos a lectura se requiere colocar lo bueno, malo, feo; los dos enfoques pro y contra, debemos también analizar la parte negativa que al comienzo de esta gran travesía, nadie midió, fue el poder supremo que alcanzó en el proceso de creación, que consintió apoderarse del ser humano y convertir a las personas en entes inactivos y facilistas. De ti depende convertirte en creador o consumidor, en quien abastece de material filántropo o el que se pasa horas navegando sin un propósito, o peor aún para convertir su vida en un plagio eterno. De manera lamentable también existen inhumanos nefastos, que mal utilizan este medio para satisfacer sus más bajos instintos; con esto nos entregaron en bandeja de oro un sistema que se puede utilizar como lo más enriquecedor o un arma letal, es tu decisión recuerda, al ser parte del desarrollo y de esta modernidad liquida; de ti depende la interpretación de esta frase… Al mando de la web… (O)