Algo de sentido común / Esteban Torres Cobo
Hace días vivimos una crónica inesperada de una muerte anunciada. El veto total al Código de la Salud, precisamente conocido como el “código de la muerte”, no se esperaba. Incluso, algunos llegamos a pensar que no habría veto y que el Ejecutivo permitiría que el texto quede como la nefasta Asamblea Nacional lo aprobó. Pero hubo veto y, con ello, algo más de sentido común en nuestro país.
Por el momento, el rol de los padres en la educación de sus hijos, en el acompañamiento responsable de su despertar sexual natural y el impedimento de que ideologías busquen procesos quirúrgicos de amputación de órganos y procesos hormonales anormales en menores de edad supuestamente indefinidos sexualmente, se ha salvado. Asimismo, se han bloqueado los intentos de trata de mujeres a través del arrendamiento de vientres, el encubrimiento del aborto libre bajo la mentirosa figura de la emergencia obstétrica, entre otras cosas. Ni hablar de la estructura administrativa mastodóntica que se quería implementar, costosa y estatista, que nuestro quebrado país no aguantaba.
Pero este dique de contención que hemos elevado será temporal. Verdaderas élites internacionalistas proaborto, antivida, antifamilia y antisoberanía, en complicidad con espurios organismos como las Naciones Unidas y más seguirán promoviendo esta agenda marxista. La Open Society del macabro George Soros, financista de Planned Parenthood y, por ende, financista de varias fundaciones ecuatorianas dedicadas a esto, no consideran países, ciudadanos libres ni soberanías que respetar. Les sobran los recursos para el chantaje, el lobby y el juego político preciso y efectivo. Y tienen a una gran cantidad de políticos mediocres y mentirosos bajo su ala.
Su único obstáculo: los ciudadanos. Y en el Ecuador, la gran mayoría de ecuatorianos. Sin bajar la guardia, debemos organizarnos para una nueva arremetida. Estar firmes. Preparados. Sobran ingenuos y faltan soldados. (O)