Ambato la década perdida

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Ambato la década perdida

Antes del terremoto de 1949 Ambato era la tercera ciudad del país, a mediados de los 70 del siglo anterior paso al cuarto lugar, sitio en el cual se ha mantenido por décadas, empero en algo más de la última década (desde 2012) comenzó su caída en el contexto económico, productivo y de ventas a nivel nacional, hasta llegar a la incómoda octava posición, en Valor Agregado Bruto (componente del PIB), también en ventas y exportaciones y séptimo lugar en recaudación de impuestos. La tasa de crecimiento en ventas que determina la dinámica económica creció en promedio los últimos 13 años al 2,18% anual, mientras otras ciudades crecieron más rápido (Machala 5,8%, Duran 5,6%, Samborondón 6,3%, Manta 3,64%).

El peor año para Ambato fue entre 2015 y 2016, sus ventas y exportaciones se redujeron 9,1% al bajar de 3.351,7 a 3.046,8 millones USD (Sayku SRI). Los motivos son varios, la mala, poca o ineficiente política pública local para retener o atraer inversión local, regional, nacional, peor extranjera, escaso incentivo para promover el desarrollo económico y social y mejorar la calidad de vida de los habitantes que permita reducir la pobreza, extrema pobreza, desempleo, informalidad o subempleo que al contrario se han deteriorado, por ello hasta la tasa de crecimiento poblacional es la más baja del Ecuador con apenas 0,8% anual.

Es necesario cambiar el chip de políticos, candidatos y autoridades para que entiendan que las propuestas obsoletas y ortodoxas de creer que el cemento gana votos, ya no es así, ahora el 50% del electorado está en jóvenes de entre 18 y 39 años y ellos quieren otro tipo de ciudad, una urbe moderna con conectividad, seguridad ciudadana, empleo, oportunidades, cuidado ambiental, fauna urbana, sitios de esparcimiento, arte, cultura, deporte, recreación, el cemento paso a segundo plano. 

Nuestra ciudad requiere de planes de desarrollo urbanístico, económico y social, es indispensable reinventarse y cambiar su matriz productiva, no es posible que nuestros constructores deban pasar por un vía crucis para la tramitología municipal y lleven sus recursos a otras localidades que otorgan mayor agilidad y efectividad, que no haya facilidad para promover la instalación de emprendimientos, negocios y empresas y estén pensando en instalarse en otros cantones. Problemas estructurales, deben tener soluciones estructurales, de allí la necesidad y prioridad por tener funcionarios que tengan perfiles académicos, técnicos y de experiencia en su área y sobre todo que conozcan los detalles del territorio, no podemos seguir dándonos el lujo de seguir cayendo en el contexto nacional. (O)

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