Analfabetismo político / Dr. Guillermo Bastidas Tello
De acuerdo a la Real Academia Española, “analfabetismo” es la falta de instrucción elemental referida especialmente a esos ciudadanos que no saben ni leer ni escribir, pero… no solamente eso porque abarca mucho más.
El más dramático y repugnante de los analfabetos es el analfabeto político y lo es porque No oye, no ve la realidad, no habla, no lee, no participa de los acontecimientos políticos; desconoce sobre el costo de la vida y la canasta familiar, el precio de los frijoles, de las habas, del pan, de la harina, del vestido, del calzado; en definitiva, no sabe nada de nada y se fanfarronea de ser APOLÍTICO.
El analfabeto político es tan peligroso que se alardea y ensancha el pecho, se vuelve pletórico diciendo que odia la política. No sospecha que de su barbarie y atraso en el conocimiento de la política nace la pobreza, corrupción, el feminismo, el abuso sexual y el peor de todos los pícaros, el politiquero corrompido, títere y esclavo del PODER.
Lo grave es que el analfabetismo político vive y sobrevive en la mal llamada democracia participativa, pulula en las campañas electoreras y arrasa en las elecciones demagógicas.
El analfabeto político, lleva al recinto electoral las llamadas pollas para VOTAR, vota movido por el odio, venganza y desconocimiento político.
El analfabeto político no participa en la vida pública, no propone cambios, no reclama ni rechaza las medidas inconstitucionales y antipopulares, deja el destino de la PATRIA en la casualidad y eventualidad.
Cuando escribo sobre el “analfabetismo político”, me refiero concretamente a esas personas que, no solamente carecen de esos conocimientos mínimos necesarios sobre política para poder evaluar con criterio, y por ende planificar un evento o mitin político. No sabe nada de nada y sin embargo VOTA EN PLANCHA.
La peor analfabeta -dice Bertold Brecht- es el analfabeta político. No oye, no habla, no entiende o… entiende mal. No sabe que el costo de la vida, de los artículos de primera necesidad, de las medicinas, de nuestra vida cotidiana, depende de las decisiones que él tome. No sabe y si lo sabe no quiere tomar conciencia de eso y, por lo tanto, es un irresponsable que de su ignorancia política nace el niño abandonado, la prostituta, el pobre, el atracador, el mafioso, el narcotraficante, el ladrón y el peor de todos los bandidos, que es el “político deshonesto y autoritario” y no sabe, o no quiere saber, que con su comportamiento se ha convertido en un cómplice de un gobierno corrupto”.
El problema del “analfabeto político” genera con su conducta apato abúlica, con su indiferencia, con su ignorancia y con su presunción de semi alfabeto de la política al mismo tiempo, acredita y estimula de una manera cómplice todos los atropellos y todos los abusos que se cometen en el poder perpetuo.
El analfabeto político no toma consciencia de que es pernicioso y maligno que recaiga en una persona o un grupillo el dominio total de los poderes públicos.
El analfabeto político es cómplice de la pretensión de controlar todos los medios de comunicación, cerrando o amenazando con clausurar aquellos que no compartan la ideología del gobierno, seccionando abusivamente la libertad de expresión.