Apatía ambiental
El compromiso de cuidar el medio ambiente se ha convertido en mera palabrería, no existe concientización social ni proactividad para gestionar nuestros desperdicios. La doble moral de la mayoría de la población que solo critica y demanda medidas ecoamigables, se contradice con la impavidez en sus hogares que cada día generan más y más basura, peor aun, ni practican ideas que disminuyan la contaminación, a pesar de existir varias alternativas. En las escuelas y colegios, es una utopía el inculcar a los niños la responsabilidad ambiental, sino existe el ejemplo de los adultos.
En la actualidad, estamos pagando las consecuencias ambientales en varias ciudades del Ecuador, donde se ha revelado que los rellenos sanitarios han sobrepasado su capacidad, inclusive luego de las festividades de diciembre se incrementó 30% de basura. Pacto Global, una iniciativa de Naciones Unidas, alerta que en el año 2050 para mantener el actual estilo de vida será necesario el equivalente a casi tres planetas. Esperemos no llegar a tal extremo, que lastimosamente demostraría el ego voraz y el hedonismo de la presente generación.
A nivel mundial, las administraciones de Biden, Xi Jinping y Putin no han marcado un rumbo de esperanza para llegar a acuerdos ambientales. Localmente, continuar la explotación del ITT sigue en debate incluso luego de pasar la consulta popular. Por otro lado, los cortes de energía debido al estiaje, han motivado a muchos a investigar nuevas fuentes de generación de energía. Por eso, es imperativo que Ecuador encuentre vías para su desarrollo industrial sin depender de los hidrocarburos, porque en un futuro cercano, se agotará el petróleo. No obstante, el porvenir del medioambiente, no está en manos de los políticos, por lo contrario, está en cada decisión de los ciudadanos.
Empecemos con acciones pequeñas que sin lugar a dudas tendrán grandes repercusiones en nuestro entorno. Clasifiquemos los residuos en las casas y oficinas; aprendamos a reciclar, reusar y reducir.
¡Cuidemos el planeta, es el único que tenemos!. (O)