Artesanos dispuestos a vencer
Varios negocios artesanales evidencian su esfuerzo y lucha por vencer los efectos de la pandemia que los dejó casi sin recursos y con deudas, pero sin minar las ganas de salir adelante y hacerle frente a los infortunios de la vida.
Héctor Francisco Caluña es socio en la ‘Sala de Belleza Angeluz’, ubicada detrás del Centro Comercial Las Flores y comentó que luego del cambio de semáforo en la provincia, se adoptaron las medidas de bioseguridad; es decir, desinfección de zapatos con amonio cuaternario, fumigación de personas con alcohol.
En los clientes se emplea una sola gillette y luego se desecha al igual que cada peinilla. Y el cabello es lavado antes de realizarle el corte. Se trabaja al 25%. Antes de la pandemia se tenía 15 clientes y, actualmente, son apenas cinco. Se espera que con los transportes interparroquiales e intercantonales los clientes de esas zonas puedan llegar a la peluquería. Se cobra los cortes de cabellos de hombre a tres dólares y ese valor se mantiene hace cinco años.
Para las damas se brinda el servicio de peinados, tintes, ondulados, tratamientos, uñas y pies. En atención al sector femenino se perdió el 80%, porque al usar mascarilla las mujeres ya no se pintan ni se maquillan, dijo Héctor Caluña.
Desde el paro del año pasado ya se venía arrastrado los efectos de la crisis y lo que hizo la pandemia es agudizar aún más la situación económica. Como alternativa, el almacén Brothers de Importaciones Pazmiño, decidió tener atención más personalizada a los clientes, e incluso atención a domicilio, dio a conocer el administrador Paúl Navarrete.
No se ha despedido al personal, pero se redujo a la mitad del tiempo que laboren y evitar el dolor que se queden sin empleo. Apenas empezó la pandemia se pudo vender durante tres semanas las máquinas sobre todo overlock ya que pequeños confeccionistas y artesanos decidieron cocer mascarillas y overoles. (I)E