Artesanos tratan de resurgir en medio de crisis
Los artesanos de Salasaka tratan de retomar las actividades con más fortaleza a pesar que la crisis sanitaria no ha terminado.
Una de ellas es Rebeca Masaquiza, quien tiene su taller en la parroquia con la firme convicción de salir adelante, pues está convencida que poco a poco se regresará a la normalidad con el proceso de vacunación.
Indicó que la pandemia afectó a los artesanos, pues no tenían a quien vender sus artículos; sin embargo, en las últimas semanas percibe cierta reactivación del movimiento comercial.
Esto le genera optimismo, por lo cual está elaborando prendas de vestir para la gente de su pueblo: bayetas, fajas, ponchos, anacos, reboso, etcétera.
Para el efecto, utilizan el telar, ‘uvillador’ y sus manos que le dan forma a las vestimentas que se caracterizan por ser de calidad y a costos accesibles.
Un poncho requiere de al menos de seis meses para su fabricación. Esto significa paciencia y perseverancia. Además, el precio bordea entre los 500 y 600 dólares.
Para hacer una faja se necesita de dos semanas y un anaco un mes. Todas las artesanías son sinónimo de tiempo, lo cual es garantía de durabilidad.
Para adquirir prendas de este taller de Salasaka pueden llamar al número de celular 0994437863. (I)