Asesinatos y el problema final
La perfecta novela sobre crímenes es aquella en la que el lector no logra descubrir al culpable antes de la última línea. El novelista da pistas, pero oscurece tanto la trama que el lector debe esperar que sea el mismo escritor quien le ofrezca la solución del enigma. La reciente novela, El Problema Final”, del escritor español Arturo Pérez Reverte, se encuentra concebida bajo esos parámetros y, por ello, sólo en las últimas páginas se puede descubrir que el verdadero nombre de la asesina era el de la primera víctima, para asegurarse del cambio de nombre, y que otra de las víctimas fue asesinada por ella para vengar la muerte, a su vez, de su esposo, en la segunda guerra mundial, hace 15 años.
En la muerte del opositor ruso, Nalvany, todos los ojos acusadores miran a Putin, como autor intelectual. La viuda le ha llamado asesino en los foros internacionales a los que ha acudido a denunciar el crimen de su esposo. En todo caso, los reportes oficiales señalan que murió por una dolencia cardiaca en la prisión donde estaba recluido. En el pasado, cuando Nalvany se encontraba en Inglaterra, fue envenenado por agentes rusos que colocaron el veneno en sus calzoncillos. Putin fue acusado del envenenamiento. Son innumerables los indicios para llegar a Putin, quien dicen que se irritó el momento que Nalvany, en sus épocas de empresario y opositor, expuso al mundo la opulencia de Putin en su fortaleza veraniega en el mar Negro.
Los recientes datos revelados en la audiencia de juzgamiento de los posibles autores del crimen del político Villavicencio, dan pistas pero no permiten llegar a los verdaderos autores del magnicidio. Hasta que no se cierre el caso, difícilmente se podrá saber quiénes fueron los cerebros y financistas. Y, posiblemente, tampoco se conozca esa información después de cerrado el caso.
Del asesinato de Nalvany se podría escribir una novela simple dado que, desde el comienzo, todos los caminos conducen al poderoso habitante del Kremlin ruso. Del asesinato de Villavicencio, en cambio, la única novela que podría escribirse es una con la trama compleja y nada lineal de la del Problema Final. (O)