Aspirantes a reinas sin concurso / Editorial
Por tradición y durante mucho tiempo, actos de coronación a reina a distintas dignidades en nuestro país, siempre han sido característicos por alguna festividad. No obstante, tanto el Municipio de Quito y de Latacunga, han suspendido estos eventos, argumentando que se busca revalorizar a la mujer desde otros espacios, reconociendo capacidades y contribuciones en diversos campos, según comunicó la alcaldía de Quito.
Fiestas de cualquier índole, por lo general, han estado enmarcadas con la figura de tener una mujer con corona que representará a su urbe y trabajará en el ámbito social. Sin embargo, la administración municipal quiteña detalla un criterio ‘subjetivo’, por así decirlo, explicando que “los concursos de belleza reproducen roles de género que construyen imaginarios y estereotipos sociales”, algo que no necesariamente es así, según organizadores de estos concursos que han rechazado esta medida, ya que es un argumento muy blando que coarta la libertad de optar o no por estos actos en las ciudades.
El problema de fondo radica, independientemente de los ideales y supuestos estereotipos de estos concursos, es el manejo económico de estos eventos que sale del gasto municipal y, en ciertas ocasiones, se prioriza los certámenes de belleza, pudiendo destinar más dinero a la realización de obras.
Ahora, no se critica que exista elecciones de reina, ya que por tradición debería mantenerse. Lo que se sugiere es que la realización de estos eventos sean equilibrados, económicamente hablando y se priorice el trabajo en mejorar la ciudad, no solo de nuestra urbe, sino a nivel nacional. (O)