Assange y las mafias internacionales / Ing. Patricio Chambers M.
Partamos de un hecho innegable: Julián Assange es un delincuente. Lo es porque durante años ha robado y dirigido una organización que roba información en el mundo entero, venderla a sectores interesados seguramente a precios astronómicos o lograr prebendas en base al chantaje, para sus equipos de trabajo y para sí mismo.
Siendo así, la pregunta que ha surgido una y otra vez a lo largo de estos siete años es ¿por qué el gobierno ecuatoriano le otorgó asilo y manutención durante su asilo en nuestra embajada de Londres?. ¿Qué pudo llevar a un régimen a conceder semejantes beneficios que suman alrededor de US$8 millones?. Beneficios que además están fuera del alcance de cualquier ciudadano de este país.
Incluso hace dos años en diciembre de 2017, como un resultado más de la nefasta gestión de María Fernanda Espinoza en la Cancillería, se le otorgó la ciudadanía ecuatoriana en un intento fallido de burlar a la diplomacia internacional con la típica “viveza criolla” que tanto daño nos ha hecho.
Desde los primeros meses de su asilo, este personaje se refirió al Ecuador en términos despectivos y sin embargo, las autoridades de entonces simplemente se hicieron de oídos sordos ignorando tales declaración y más bien por el contrario, defendiéndolo bajo el argumento de “libertad” de expresión.
También llegó a demandar al Ecuador por tres ocasiones y sin embargo, Correa desestimó tales denuncias.
Hoy en un acto de volver a enrumbar nuestra política exterior el Ejecutivo ha suspendido la condición de asilo y le ha retirado la nacionalidad.
Según informó el propio Presidente, mientras ocupaba nuestra embajada este sujeto “instaló equipos electrónicos de distorsión no permitidos, bloqueó las cámaras de seguridad de la misión. Ha agredido y maltratado a guardias de la sede diplomática, ha accedido sin permiso a archivos de seguridad. Posee un teléfono móvil con el que se comunica con el exterior. Por último, WikiLeaks amenazó hace dos días al Gobierno del Ecuador”.
Ante todo esto, vuelve aún con más fuerza la pregunta de ¿por qué el gobierno ecuatoriano le otorgó asilo durante todos estos años?. Nos parece que algo de la respuesta la podemos encontrar en el hecho de que este hombre con su enorme organización, forma parte de un entramado internacional de grandes mafias.
Hoy más que nunca, se constata que el poder está en quien posee la información. Es precisamente en este ámbito en el que WikiLeaks muestra gran fortaleza, aunque como su nombre lo indica, lo hace infiltrando datos, para lo cual son capaces de cualquier cosa a fin de obtener lo deseado.
Todo esto seguramente le permitió a su fundador involucrarse con tales grupos de poder económico, político o religioso alrededor del planeta entero.
Es evidente el mundo actual cada vez está más en manos de estas grandes mafias de poder que manejan a su antojo a cuanto gobierno o país deseen. Para ellos, Assange y su organización son claves. (O)