Australia tambalea con Djokovic / Luis Fernando Torres
El país en el que se confina a los contagiados en unos saludables campos de concentración y se condena al ostracismo a los no vacunados, Australia, la tierra de los canguros y de las ricas minas de minerales codiciados, se tambaleó ante el tenista número uno del mundo, Djokovic, quien logró que un juez australiano dispusiera su ingreso, en contra de las autoridades australianas que lo mantuvieron, por tres días, sin sello migratorio, por no estar vacunado del Covid. Jugará el gran torneo y lo más probable es que lo gane, lo cual generará otro problema para los funcionarios australianos, la entrega del trofeo a un no vacunado.
Djokovic dividió al mundo. A un lado se ubicaron, con Rafael Nadal a la cabeza, quienes sostenían que el campeón mundial no debía participar en el torneo. A otro lado, se posicionaron quienes manifestaban que constituye un atentado a los derechos que un sano no vacunado sea impedido de ingresar a un país para jugar un torneo al que había sido invitado por los mismos australianos. Afortundamente, se impuso la sensatez del juez para precautelar libertades y derechos.
Luego de la epopeya de Djokovic, al nuevo Canciller alemán que sustituyó a Merkel, le dejaron solo sus aliados centroizquierdistas en el Parlamento, en su intento de obligar, por ley, a vacunarse. Los verdes del Partido ecologista llegaron a decir que la vacuna obligatoria era una broma de mal gusto del Canciller.
En Estados Unidos la Corte Suprema no da luz verde a la vacunación obligatoria propuesta por Biden, mientras se ha encendido un debate sobre la manipulación de cifras y la deficiente información de los contagios. La jueza Sotomayor de la Corte Suprema afirmó, en la audiencia sobre la vacunación obligatoria, que había 100 mil niños estadounidenses entubados. Al instante, fue desmentida públicamente por los organismos oficiales de salud. A la jefe de la entidad de control de enfermedades le preguntaron si existía información de la causa de la muerte de 8 mil contagiados de Covid, y su respuesta fue que no sabía cuántos fallecieron por Covid y cuántos por otra causa. Al propio Presidente Biden los periodistas le hicieron correr de una rueda de prensa, por la manipulación de la información.
Las verdades oficiales están desmoronándose y, pronto, se conocerá la manipulación de información por parte de los gobernantes que alarmaron o bajaron la guardia con la única finalidad de aumentar apoyos electorales y justificar gastos en fármacos, vacunas e infraestructuras. (O)