Ayuno y oración en tiempo penitencial
‘No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’, son las palabras que recuerdan que Jesús ayunó cuarenta días y noches donde fue tentado y venció. Este período empieza desde el miércoles de ceniza y termina el Jueves Santo.
En esta época es importante para los feligreses poner en práctica el ayuno, oración y limosna. El ayuno se enfoca hacia la realidad interna de cada persona donde debe aprender a manejar sus deseos y pasiones y realidad íntima; entonces, el ayuno permite analizar esas realidades; es decir, aprender a moderar el cuerpo.
La oración es el encuentro con Dios y permite a las personas saber que camina en esta vida acompañados por Jesús. La limosna es salir al encuentro de la gente pobre con signos de solidaridad; es decir, visitar los albergues, al Hogar ‘Santa Marianita’ donde están los niños huérfanos y abandonados; la cárcel, los hospitales, o visitar a los enfermos de cáncer, explicó monseñor Jorge Giovanny Pazmiño, obispo de la Diócesis de Ambato.
Fausto Suárez, superior de la Comunidad Franciscana de Ambato en la parroquia Jesús del Gran Poder, dijo que Dios pide a las personas que se conviertan mientras hay tiempo. La vida es un don de Dios, hay que vivir de acuerdo a sus preceptos y respetar los 10 mandamientos,
Todos los viernes de cuaresma se efectuará el Vía Crucis desde las 17:00 horas en la iglesia de San Francisco cuya duración es de 40 minutos y se recordará la pasión de Cristo. Para eso están las representaciones colocadas en las paredes del templo, añadió el religioso, al tiempo de invitar a los feligreses a visitar las iglesias donde se realizará este acto de fe.
“Creo en Dios. La época de la cuaresma invita a la meditación porque debemos buscar la salvación, ya que todos somos pecadores”, sostuvo el feligrés Jaime Muzo.
“Creemos en el Señor, en la resurrección. Somos de polvo y retornaremos a él y tenemos fe como cristianos”, indicó Victoria Rosales”, procedente del barrio La Alborada. (I)E