Bicentenario Independentista de Ambato / Hernán Marcelo Guerrero

Columnistas, Opinión


Estamos a pocos días de la conmemoración del bicentenario de Ambato, de su independencia, tradicionalmente las programaciones y preparativos tenían lugar con entusiasmo y esmero en estos días, lo más destacado era el desfile estudiantil, el cívico militar en la Av. Cevallos, ahora la pandemia lo ha prohibido y eventos programados por la Ilustre Municipalidad de  Ambato tendrán una reducida asistencia.

El bicentenario de independencia. No es una fecha cualquiera, al contrario invita a la convicción de presentar muestra de progreso y compromiso con el destino de la ciudad, implica el ejercicio íntegro por el aporte  hacia  el futuro de los ciudadanos, sus pilares  fundamentales y el trabajo en los elementos estructurales de un tejido social consolidado y sano; la pandemia puede anular las fiestas cívicas pero a la vez pone en escena la gestión y proyección adecuada de los gobiernos locales, instituciones y grupos sociales en general. El espacio público es abandonado por la tarima para dar paso a obras materiales e inmateriales, hoy se ha abierto una polémica  de que  alguien quiere apoderarse de las obras de Ambato, y a mi criterio que el uno haya puesto la primera piedra es loable,  y que el otro haya concluido la obra es importante, porque quienes se benefician son sus habitantes, y nadie es dueño de las obras, las obras son para los Ambateños; Ambato está contenta con la terminación de las obras y  las próximas planificadas por el actual Alcalde se verán antes de que se concluya el mandato lo que implica un alto grado de compromiso  social de las autoridades y con nosotros mismos en la lucha por la autodeterminación, progreso y libertad. Es decir, existe ahora  un espacio coherente y correcto para mirar y valorar lo que en realidad interesa y aporta,  planificando la ciudad, de acuerdo a las finanzas y  de ellas entregar obras trascendentes a los elementos substanciales del progreso de la urbe  y dar respuestas  a las urgencias de la sociedad. Lamentablemente, la pandemia anuló la fiesta, el show, pero permitió mirar el buen gobierno y gestión del Alcalde Javier Altamirano, a pesar de la falta de trasferencia de recursos a la ciudad.

200 años no es el final de una etapa, para la mayoría es el principio de otra de más libertad, de más progreso, de respeto al poder local, de justicia en la distribución de rentas, ese es el camino por donde están caminando quienes localmente nos gobiernan, que a pesar del sufrimiento de la pandemia salimos adelante con decisión  y firmeza  teniendo claro  cuáles son  nuestra metas, cuáles son nuestros objetivos, 200 años de nuestra libertad  y promesa de futuro. (O)

@abogadohmg

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